► La actuación del ayuntamiento de Madrid en el reciente caso de activación y brusca desactivación del protocolo contra la contaminación, entre la ignorancia y la irresponsabilidad
MADRID ─ Cuando el equipo de la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, anunció en pleno fin de semana que dadas las mediciones de dióxido de nitrógeno (NO2) registradas en días previos hoy se activaría el protocolo contra la contaminación que incluye medidas como limitar la velocidad en la M-30 a 70 kilómetros por hora y prohibir el acceso a la almendra central de la capital de España ─interior de dicha vía─ de los coches con número de matrícula par los días impares y viceversa, nadie ─salvo el equipo de Carmena, claro está─ entendía el por qué de esas medidas. Y los razonamientos de los ciudadanos de a pie se han terminado mostrando mucho más acertados que los argumentos de los funcionarios municipales de la delegación de Medio Ambiente y Movilidad que encabeza Inés Sabanés. Pero la actuación municipal alcanzó su momento cumbre ─de desprecio al ciudadano─ cuando, hacia las 21:15 de ayer, desde el ayuntamiento de Madrid se tuiteó el vídeo repetitivo que el lector puede ver a continuación.
La animación fue interpretada como una advertencia a los ciudadanos en el sentido de que se estaban poniendo excesivamente cargantes en su deseo de saber qué decisión iba a tomarse finalmente y claro aquello provocó las iras de quienes trataban de planificar cómo iban a ir a primera hora de la mañana siguiente al trabajo, a llevar los niños al colegio, a la consulta del médico, al hospital, etc., aunque ello incomode a los funcionarios municipales que, por otra parte, si por su cargo disponen de coche oficial, no tienen que plantearse semejantes diatribas, al constituir, por que ellos así lo deciden, una clase por encima del resto de los mortales.
Así pues, ante la avalancha de críticas desatada por el tuit en cuestión, en el ayuntamiento madrileño tuvieron que optar por retirar el mismo, algo que podrían haberse evitado si no se hubieran dejado llevar por la prepotencia y hubieran mantenido en mente la prioridad de servir al ciudadano que es para lo que se supone que están donde están.
¿Una decisión sin fundamento lógico?
Y es que, como decíamos, es muy posible que la incertidumbre de los ciudadanos se agudizase por la carencia de sentido que, desde el primer momento y pese a las fotografías que se publicaban de la oscura boina que cubría la capital de España, los madrileños veían en la posible puesta en marcha del protocolo anticontaminación.
En efecto, dicha puesta en marcha se fundamentaba en medidas de NO2 tomadas al comienzo del fin de semana, cuando lo esperable era que la situación se aliviase considerablemente en el transcurso de éste.
Tanto más si se tiene en cuenta que se afrontaba un largo puente con la nómina recién ingresada en la cuenta bancaria. Un puente en que muchos miles de vehículos iban a salir de la provincia de Madrid en busca de playas u otros lugares donde descansar esos cuatro días.
Y un éxodo que, aparte de por los vehículos que se marchaban, iba a provocar un descenso importante de la contaminación debido también a que muchas calefacciones individuales dejarían de funcionar durante esos cuatro días. Y es que el equipo de Carmena debe meterse en la mollera que la contaminación no viene sólo de los automóviles.
Además, y aunque la situación anticiclónica tendiese a aplastar las capas de aire contra el suelo ─como, si no nos falla la memoria, explicó una meteoróloga en el telediario del sábado último a las 3 de la tarde en La 1─ lo cierto es que las temperaturas mínimas eran aún relativamente altas y había que descartar las heladas que podrían provocar una gran inversión térmica, fenómeno que sí contribuye a agravar lo de la boina de contaminación que cubre Madrid durante muchos días soleados del invierno.
En fin, que inevitablemente da la sensación de que sobre la responsabilidad y el conocimiento, en el equipo que gobierna el ayuntamiento de Madrid, lo que prima son las ganas de jorobar al ciudadano de a pie.