► La NHTSA avisa a los fabricantes de automóviles que si el proveedor japonés quiebra, serán ellos los que tendrán que afrontar los costes de la sustitución de los airbags defectuosos fabricados por él
MADRID ─ KKR & Co., el fondo de inversiones estadounidense, ha abandonado su proyecto de comprar Takata, el atribulado proveedor japonés de airbags a los que se culpa de al menos 17 muertes en Estados Unidos, Malasia e India por su funcionamiento defectuoso, el cual ha dado lugar a la mayor llamada a revisión de vehículos registrada en toda la historia del automóvil, con más de 100 millones de vehículos afectados. Según informaciones de Bloomberg y Reuters, quedan todavía cuatro aspirantes a la compra de Takata: Autoliv, Key Safety Systems, Flex-N-Gate y Daicel, esta última de la mano de Bain Capital Credit. Hace pocos días, KKR y Bain Capital Credit pujaron por la compra del 41 por ciento del capital de Calsonic Kansei, otro proveedor japonés de equipos, sistemas y componentes para el automóvil, que estaba en poder de Nissan, siendo KKR la que finalmente se llevó el gato al agua.
Según esas informaciones, Autoliv, Key Safety Systems y Flex-N-Gate accedieron la semana pasada a retirar sus pretensiones de que, previamente a su compra, Takata presentara su suspensión de pagos en Japón, mientras que el dúo Daicel-Bain sigue exigiendo esa declaración en quiebra.
Al parecer, algunos fabricantes de automóviles presentes en las conversaciones que se están manteniendo en Nueva York, no se mostraban partidarios de esa medida por el impacto negativo que podía tener en otros proveedores y, a través de éstos, en ellos mismos.
Takata afronta obligaciones por valor de más de 10.000 millones de dólares (unos 9.000 millones de euros al cambio actual) a consecuencia del tema de sus airbags defetuosos, los cuales pueden estallar y proyectar metralla sobre la cara del conductor o de su acompañante cuando se produce un accidente, a consecuencia del deterioro del producto químico que sirve para inflarlos, deterioro que parece ser producido fundamentalmente por la humedad del entorno en que rueda habitualmente el vehículo que lleva esos airbags.
En previsión de lo que pueda pasar finalmente con el futuro de Takata, la National Highway Traffic Safety Administration (NHTSA), la agencia federal dependiente del Departamento de Transporte de Estados Unidos que entiende en materia de seguridad de los automóviles, ha recordado a la docena de fabricantes de vehículos que usaron airbags fabricados por Takata, que los responsables finales de los costes originados por la revisión y sustitución, si procede, de dichos airbags serán ellos.
Mark Rosekind, administrador de la NHTSA, manifestó también a los periodistas en Detroit que está muy preocupado porque piensa que poco o nada se está haciendo por localizar y reparar los airbags de 300.000 vehículos muy viejos, la mayoría de ellos Honda, airbags que se estima que tienen un 50 por ciento de probabilidades de estallar en caso de colisión.