► Flex-N-Gate y una asociación formada por Bain & Co. y Daicel quedan como alternativas para la repesca en caso de que el atribulado fabricante japonés de airbags no alcanzase un acuerdo con alguno de los dos seleccionados ► KKR, que había renunciado previamente a ofertar por Takata, aún podría ser una alternativa
MADRID ─ Takata ha seleccionado por fin a la compañía sueca Autoliv y a la estadounidense Key Safety Systems (KSS) como candidatas a la compra de la primera, que se apresta a afrontar la mayor revisión de vehículos de la historia del automóvil, originada por el funcionamiento incorrecto y peligro de explosión de las bolsas de los airbags fabricados por ella, fallo al que ya se atribuyen 17 muertes y más de 100 heridos. La firma que al final resulte premiada (?) con la adquisición de Takata tendrá que ayudar a ésta a afrontar tan magna revisión, la cual se prolongará sin duda durante varios años y originará unos costes difícilmente evaluables en estos momentos.
Las previsiones más optimistas hablan de que la operación podría prolongarse hasta 2019 ya que se estima que tendrán que ser revisados más de 100 millones de airbags usados en sus vehículos por más de una docena de fabricantes, incluyendo no sólo coches sino también vehículos industriales.
En cuanto al coste que supondrá todo ello, en mayo de este mismo año, Takaki Nakanishi, un analista del grupo británico Jefferies, se atrevió a estimarlo en 1,28 billones de yenes (unos 10.667 millones de euros al cambio actual).
Autoliv es el comprador preferido por los fabricantes de automóviles por su larga experiencia en la producción de estos dispositivos de seguridad pasiva y por su solidez financiera, pero según informaciones de Bloomberg, al ser este proveedor sueco el mayor fabricante mundial de airbags, la compra de Takata podría ser rechazada por las autoridades antimonopolio de los principales mercados occidentales.
Quizá por ello, los constructores de vehículos han recomendado a Takata que presente concurso de acreedores al menos en Estados Unidos, quizá porque ello suavizaría la actitud de las autoridades antimonopolio de este país.
KKS es el cuarto productor mundial de airbags y de hacerse con Takata pasaría a ocupar el segundo puesto del ránking, por detrás de Autoliv, al tiempo que se abriría una importante puerta en el difícilmente penetrable mercado japonés.
El fallo de sus airbags ha hecho que Takata haya perdido el 60 por ciento de su valor en bolsa desde noviembre de 2015, cuando se reconoció el problema fue reconocido por el proveedor japonés. Éste, aunque también fabrica cinturones de seguridad, volantes para la dirección, reposacabezas, reposabrazos, sistemas electrónicos y fundas para asientos, obtiene la mayor parte (35 por ciento) de sus ingresos de la venta de airbags.