viernes, 26 de septiembre de 2014

PANASONIC PODRÍA COMPRAR CASI UN 50% DE FICOSA

- La japonesa busca en la automoción una alternativa a la electrónica de consumo, con la que ha perdido 11.800 millones de euros en los dos años últimos



Instalaciones de FICOSA en Viladecavalls (Barcelona),
en lo que era anteriormente una fábrica de Sony
HANÓVER ─ Fuentes próximas a las conversaciones que, desde hace meses, vienen manteniendo la española FICOSA y el conglomerado japonés Panasonic, han asegurado que las negociaciones podrían cristalizar en marzo del año que viene en la adquisición por parte de Panasonic de un paquete de acciones de FICOSA próximo al 50 por ciento del capital de ésta por un precio aproximado de 460 millones de dólares (unos 362 millones de euros, al cambio actual). La operación podría ser en realidad sólo un primer paso, de manera que Panasonic ampliaría luego su presencia en FICOSA para convertir a ésta en una subsidiaria del conglomerado nipón.

La operación ha sido recogida y comentada en diversos medios de comunicación financieros como Financial Times y las agencias de noticias Reuters y Nikkei que hablan ya de que las partes están perfilando los últimos detalles del acuerdo que podría firmarse a finales de marzo de 2015. Sin embargo, ya en mayo último José María Pujol Artigas, presidente y cofundador de FICOSA, aseguraba en algunos medios catalanes que las negociaciones estaban muy avanzadas y que, como muy tarde, estarían cerradas antes del verano. 

Obviamente, para que cualquiera que conozca cómo funcionan las compañías japonesas en estos asuntos, aquellas declaraciones de Pujol Artigas eran un claro brindis al sol o un mensaje para tranquilizar a los sindicatos, con los que la gerencia de FICOSA anda de cabeza desde que comenzó la crisis y, sobre todo desde que, presionada por la Generalidad, la compañía española tuvo que hacerse cargo, por un precio simbólico, de la fábrica de televisores que Sony tenía en Viladecavalls, una vez que esta compañía nipona dijo en 2010: Bien, ahí tenéis las llaves de la fábrica, que yo me voyAsí funcionan las cosas;  no sólo se ha acabado ya el verano sino que estamos en otoño y se nos habla de otros seis meses más.

De esa forma concluía la historia de la fábrica de los televisores Sony Bravia en Viladecavalls, que llegó a tener más de 2.000 trabajadores en plantilla y que pasó a albergar unos 800 de la plantilla de FICOSA Electronics, al tomar posesión de ella la familia Pujol Artigas.

A trompicones

Panasonic hace tiempo que, harta de perder dinero con la electrónica de consumo, habiendo acumulado en los dos años últimos pérdidas de 15.000 millones de dólares (unos 11.800 millones de euros al cambio actual), decidió orientarse hacia otras actividades, eligiendo entre ellas el sector de automoción. Como se sabe, el conglomerado japonés ha establecido una sociedad conjunta con Tesla Motors, el fabricante de coches eléctricos de lujo, para establecer en el estado de Nevada una gigantesca fábrica de baterías con la que abastecer no sólo a Tesla, sino también a otros fabricantes de vehículos eléctricos. El objetivo del conglomerado nipón es elevar en un 50 por ciento su volumen de negocios anual relacionado con el automóvil, alcanzando los dos billones de yenes (unos 14.420 millones de euros al cambio actual) en el ejercicio fiscal 2018-2019.

FICOSA es un nombre muy conocido en el mundo de la automoción, con apreciable implantación en Estados Unidos, donde actúa como proveedor de los grandes constructores de automóviles. Entre los sistemas y componentes fabricados por FICOSA figuran sistemas de aviso de abandono de carril, detección de objetos en ángulos muertos de visibilidad para el conductor, ayuda al aparcamiento, espejos retrovisores, etc.

Pero sus gestores han tenido que lidiar con frecuencia con pérdidas significativas, incluso antes de la crisis, que se han ido paliando en parte con ayudas financieras desde el propio gobierno autonómico de Cataluña, con créditos participados por un total de 50 millones de euros. Al comienzo de la primavera última, los gerentes de FICOSA, encabezados por Xavier Pujol, consejero delegado e hijo de José María, se vieron forzados a hacer una ampliación de capital de 100 millones de euros para cubrir las pérdidas acumuladas.

De hecho, al saberse de la existencia de negociaciones con Panasonic, los sindicatos insistieron en la necesidad de que mejorase la gestión de la compañía, demasiado familiar, una vez que se hubiera llegado a un acuerdo con el nuevo socio. Además, reclamaban a la Generalidad que, esgrimiendo sus aportaciones a FICOSA, reclamase tener presencia en el consejo de administración de la futura compañía, en un movimiento sin duda orientado a realizar el sueño dorado de la mayoría de los españoles: ser funcionario... Y si es autonómico, mejor.

FICOSA ha tenido que ver como su plantilla se echaba a la calle varias veces en los últimos tiempos para protestar por los ERE que el proveedor ha solicitado. Indudablemente, a los sindicatos no les faltaba razón cuando se quejaban de la necesidad de un cambio en la forma de gestionar la compañía. Los efectos del Pujol Artigas Management Way se han hecho sentir por donde ha pasado.

Fuentes de dentro del sector de los componentes creen que la crisis de identidad que ahora padece SERNAUTO se debe en gran medida a la influencia de dicho sistema de gestión y en el sector fue muy comentado que, a la llegada de Antonio Jiménez Saceda a la dirección general de la asociación de fabricantes de componentes para primeros equipos, su intención de potenciar la imagen de SERNAUTO fue frenada en seco por Jose María Pujol Artigas, entonces ya presidente de esta organización, que le recomendó, según algunas fuentes, que apareciera en la prensa lo menos posible y que siguiera una política de low profile en cuanto a la divulgación de la actividad de SERNAUTO, ya que él había sido contratado para conseguir subvenciones y ayudas y no para salir en los papeles.