jueves, 16 de febrero de 2017

¿CÓMO SE AFRONTA UN INVIERNO TAN CRUDO COMO ÉSTE EN LA DISTRIBUCIÓN DE MERCANCÍAS?

Los camiones modernos disponen de múltiples recursos para luchar contra las inclemencias climatológicas y mantener el abastecimiento de los núcleos urbanos


En el mundo de hoy, los camiones tienen que seguir en funcionamiento
incluso en las condiciones climatológicas más difíciles para que nuestras
ciudades  no queden desabastecidas
MADRID ─  Por desgracia, una inmensa mayoría de los ciudadanos no es consciente de que si se para el transporte, en sólo tres días los mercados empezarían a padecer desabastecimiento y en siete días aparecería el hambre, subrayaba hace poco en una rueda de prensa Stéphane de Creisquer, responsable del grupo sueco Volvo en España. Coincidimos plenamente con Creisquer en que los habitantes de las ciudades sólo caen en la cuenta del peligro de desabastecimiento cuando éste ya se ha producido, por lo que es muy importante evitarlo, algo que, en buena medida, se puede conseguir con recursos técnicos.

Las huelgas de transporte son de las más temidas por los gobiernos. Una de ellas fue precisamente el comienzo del fin de Salvador Allende cuando era presidente de Chile. Pero en semanas recientes hemos podido comprobar cómo las inclemencias climatológicas dejaban pueblos bloqueados, sin recursos ni tan siquiera para calentarse, o centenares de vehículos detenidos en vías de primer orden, mostrando todo ello que el desabastecimiento puede no proceder sólo de una huelga.

Cuando ni el agua caliente puede con el hielo

Todos hemos tenido que picar alguna vez el hielo depositado sobre el parabrisas de nuestro coche. El que esto escribe recuerda ahora las salvajes heladas que en algunas navidades de su juventud tuvo que padecer en Orusco de Tajuña, localidad madrileña próxima a la A-3, y los inútiles intentos de quitar rápidamente el hielo que se había formado durante la madrugada en el parabrisas de su Simca 1000 echando barreños de agua caliente sobre el mismo, sin poder evitar que, al volver al vehículo tras dejar los barreños en su sitio, el parabrisas estuviera de nuevo cubierto de hielo.

La gama D (Distribución) de camiones de Renault Trucks, una
compañía que en la actualidad pertenece al grupo sueco Volvo,
ofrece entre otros dispositivos para la conducción invernal, el
sistema Onspot de cadenas automáticas
Muchos automovilistas han tenido que luchar contra el vaho depositado sobre la parte interior de los cristales de su coche cuando en una fría madrugada, se han metido de una vez en el mismo cuatro o cinco personas cuyo aliento ha acabado de golpe con la visibilidad imprescindible para poder circular. Todos sabemos lo cómodas que son en ese caso las lunetas térmicas posteriores, utilísimas para acabar rápidamente con el vaho depositado en la parte interior de las mismas.

Menos frecuente es disponer de un parabrisas térmico en un coche, ya que recuperar la visibilidad a través de la luna anterior de un vehículo de este tipo se encomienda habitualmente a la calefacción, proceso que se acelera mucho si combinamos dicha calefacción con el aire acondicionado.

Sí, con el aire acondicionado, aunque estemos en pleno invierno, pues sabida es la propiedad de resecar el ambiente que tiene el aire acondicionado, algo que en ese momento viene muy bien.

Mucho peor en los camiones

Cuando estamos hablando de las dimensiones del parabrisas y el resto de los cristales de la cabina de un camión, los problemas se multiplican por un factor muy elevado y, además, en estos vehículos sólo suele haber una persona para luchar contra todo ello.

Y no son esos todos los males pues hasta ahora nos hemos circunscrito al interior de la cabina. En efecto, las cosas se complican cuando empezamos a pensar también en el problema de los retrovisores exteriores empañados, anegados por el agua de la lluvia o recubiertos de nieve.
Elementos principales del sistema Onspot de
cadenas automáticas para nieve

En el caso de los camiones es una gran ventaja contar con un parabrisas térmico, el cual permite eliminar rápidamente el hielo que haya podido acumularse sobre el mismo mediante una resistencia eléctrica embutida entre las hojas del cristal, al tiempo que evita la acumulación de nieve a ambos lados de dicho parabrisas durante la marcha.

¿Y qué decir de las cadenas?. Sólo los que han tenido que ponerlas en las ruedas de sus coches cuando circulaban por carretera tienen una pequeña idea de lo que eso supone en un camión. Y eso que las cadenas para coches son ahora mucho más cómodas de colocar que las que se usaban hace un par de décadas, hasta el punto de que el término cadenas se ha convertido en una mera denominación genérica.

Algunos camiones modernos pueden ir equipados de fábrica con cadenas automáticas para la nieve. Con ellas, el conductor sólo tiene que accionar un botón desde el tablero de instrumentos para que un sistema centrífugo proyecte las cadenas entre la superficie de la carretera y el neumático sin que el conductor tenga que bajar en momento alguno del vehículo (sigue después del vídeo que viene a continuación, y en el que puede verse el funcionamiento del sistema de cadenas automáticas Onspot, en este caso sobre un camión Mack, una marca del grupo sueco Volvo).



Frío intenso... e intensísimo

Los vehículos que circulan por zonas de frío intenso también pueden ser equipados con calentadores de gasóleo, que facilitan el arranque del camión incluso con temperaturas exteriores muy bajas, o con varillas calefactables eléctricas, para mantener el motor constantemente en temperatura de utilización. De este modo, el vehículo puede arrancar inmediatamente, incluso con temperaturas bajo cero. Estos equipamientos son particularmente aconsejables en los vehículos que se van a dedicar a servicios de rescate, los cuales, lógicamente, deben estar listos para trabajar en todo momento, cualesquiera que sean las condiciones meteorológicas.

Mamut lanudo en una cueva excavada en el permafrost,
en el Centro Mundial del Mamut, que fue inaugurado el
año pasado en Yakustsk (FOTO: The Siberian Times)
Uno, que tuvo la oportunidad de pasar una semana en Siberia hace 22 años, concretamente en la ciudad de Yakustsk, próxima a Oymyakón, el pueblo que presume de ser el lugar habitado con las temperaturas más bajas de la tierra y al que los propios lugareños denominan el polo del frío, por llegar a descender allí la temperatura por debajo de los 55 grados y menos bajo cero, pudo comprobar que, al menos por entonces, en aquellas latitudes los vehículos tenían sus motores funcionando día y noche durante casi la mitad del año con el fin de evitar la congelación de líquidos de refrigeración, combustible, lubricantes, y todo lo congelable.

Para que el lector tenga una idea más precisa de cómo son allí las cosas, añadiremos que en Oymyakón los niños sólo dejan de ir a la escuela cuando la temperatura es inferior a 50 grados bajo cero.

Es, naturalmente, un caso extremo, pero ayuda a valorar aún más las ventajas que nos aportan todos esos dispositivos de que hemos hablado y que se ofrecen en los camiones modernos para luchar contra los efectos de las inclemencias del tiempo.