miércoles, 8 de febrero de 2017

¿LLEGA A SU FIN LA FÁBRICA DE CAMIONES DE NISSAN EN ÁVILA?

El anunciado cese de la producción del NT500 apenas deja posibilidades de viabilidad para esas instalaciones cuando se detenga la fabricación del modelo más ligero, el NT400, en 2019


El NT500 cuya producción había sido detenida en
diciembre de 2016, no volverá a fabricarse en la
planta que Nissan tiene en Ávila
MADRID ─ Debido al descenso de la demanda de camiones en el segmento de 6 a 8 toneladas de peso con carga al que va dirigido su modelo NT500, que sustituyó hace tres años al Atleon, y al elevado costo de la adaptación de sus motores a la normativa Euro 6 ahora vigente, Nissan ha anunciado a los trabajadores de la fábrica que la compañía tiene en Ávila que cesa la producción de aquel modelo y que la del otro modelo más ligero fabricado en la planta abulense, el NT400 (antiguo Cabstar) se reducirá sensiblemente a partir de abril y con vistas al cese de su producción en el ejercicio fiscal 2018-2019.

Las cosas no iban bien desde mucho tiempo antes, como puso repetidamente de manifiesto la inquietud laboral reinante en la fábrica durante 2016. Paradas técnicas para no acumular demasiadas existencias durante el primer trimestre de 2016. Allá por mayo, los sindicatos (UGT, CCOO y SIGEN-USO) convocaron una jornada de huelga para expresar su malestar por lo que ellos consideraban incumplimiento por parte de la empresa del convenio laboral firmado en 2015 y con período de vigencia 2015-2016.

El descontento reinante en Ávila aumentó todavía más al conocerse que la empresa descartaba definitivamen dar más carga de trabajo a la planta abulense transfiriendo a ésta la construcción de largueros para chasis que se hacía en Barcelona.

Apenas dos meses más tarde, el comité de Nissan Ávila, en representación de los 489 trabajadores de estas instalaciones, convocaba tres nuevas jornadas de huelga: dos para los últimos días de julio y una más para los últimos días de agosto, a la vuelta de las vacaciones. El mencionado comité acusaba a la empresa de no cumplir los objetivos básicos. Reuniones in extremis consiguieron suavizar momentáneamente la postura de la representación laboral.

Salvo que alguien nos demuestre que no fue así, creemos que fue La Tribuna de Automoción, la que a primeros de octubre del año pasado dijo por vez primera que la producción del NT500 en Ávila cesaría en 2017. Como ya se ha indicado, el reconocimiento por Nissan de la noticia dada por La Tribuna de Automoción se produjo en efecto en 2017, no así el cese real de la producción del NT500, que se adelantó algunas semanas, a diciembre de 2016.

Un fallo garrafal

Así pues, cambio radical de horizonte entre la fanfarria del inicio hace tres años de la producción del NT500 en Ávila, con la empresa anunciado unas inversiones de 100 millones de euros en la planta abulense y la situación actual en que las previstas 100.000 unidades fabricadas de este modelo en un período de 10 años, se han convertido, según los sindicatos, en apenas 7.000 unidades en tres años.

El elevado coste de adecuar los motores de la gama NT500
a la vigente normativa Euro 6 es una de las razones que ha
esgrimido Nissan para justificar el cese de su producción
Por mucho que se eche la culpa a la evolución de la demanda en el segmento de mercado a que va dirigido el NT500, es difícil sustraerse a la idea de que Nissan cometió un error de bulto en sus cálculos de ventas. Un fallo tan grande que hasta incita a pensar que tuviera la finalidad de sacar de una vez a la marca japonesa del negocio de los camiones, aunque fuesen tan ligeros como éstos.

Tampoco las autoridades de la Junta de Castilla y León han quedado en muy buena posición, tras haber destinado 40 millones de euros en ayudas a la planta de Nissan en Ávila, ayudas cuya justificación ahora dicen que revisarán, algo a lo que Nissan ha reaccionado asegurando que puede justificar plenamente el uso dado a las mismas. ¡Tranquilos unos y otros, que paga el contribuyente!.

En estos momentos, lo único que está claro es que en el próximo ejercicio fiscal, que como es habitual en las compañías japonesas, para Nissan va del 1 de abril de 2017 al 31 de marzo de 2018, la producción del NT400, que Ávila también construye para Renault Trucks, se reducirá de las 14.000 unidades construidas en el ejercicio fiscal que ahora concluye a unas 9.500 unidades, nada menos que un 32 por ciento, para dejar de fabricarse definitivamente en el ejercicio siguiente.

Aunque Alan Johnson, vicepresidente de operaciones industriales de Nissan en España, ha asegurado que no habrá despidos en el corto plazo y que la compañía está estudiando a fondo el futuro de la planta de Ávila, está claro que a lo largo del presente año sí van a producirse despidos y que el futuro de la planta es desgraciadamente de color negro, muy negro.