lunes, 29 de mayo de 2017

LOS VENDEDORES DE AUTOMÓVILES SE CAEN DEL GUINDO

 En un demoledor comunicado descubren que el Plan A de Calidad del Aire elaborado por el Ayuntamiento de Madrid se escuda en la contaminación para cambiar el modelo de ciudad Pero olvidan que sus datos sobre la edad del parque circulante son tan poco rigurosos como los que usa el consistorio madrileño para evaluar las emisiones


¿Reducir la contaminación o cambiar el modelo de ciudad?

MADRID ─ Les ha costado pero, al final, los vendedores de automóviles de toda España, representados por la Asociación Nacional de Vendedores de Vehículos a Motor, Reparación y Recambios (GANVAM), tras mucho tiempo de contemporizar con las autoridades estatales y municipales, se han manifestado contrarios al Plan de Calidad del Aire y Cambio Climático presentado por el Ayuntamiento de Madrid, subrayando que el mismo utiliza la excusa de la contaminación para cambiar el modelo de ciudad y de movilidad, confundiendo interesadamente vehículo privado con vehículo contaminante.
Apenas finalizado el periodo de consulta pública, los vendedores han querido recoger la invitación del consistorio de participar en el consenso para construir un Plan B que represente a todos los madrileños y mejorar así un documento que por su inconsistencia parece más un ideario que un programa de acción riguroso y viable, con objetivos dudosos y medidas de corto alcance, subrayan desde GANVAM, añadiendo que las medidas restrictivas al tráfico que promueve el Plan A del Ayuntamiento de Madrid, con el que pretende reducir en un 25 por ciento el tráfico privado en la capital de España, se sustentan en datos antiguos de emisiones, parque rodante y clima con los que pretende 

Sin embargo, la asociación sigue insistiendo, ella también, en un argumento nada sólido, como más adelante veremos, que es la manida antigüedad del parque. En opinión de GANVAM, el Plan A del Ayuntamiento de Madrid, no ataca la verdadera raíz del problema que es la antigüedad del parque sino aspectos periféricos, pasando por alto sus propios análisis de calidad del aire que revelan que el problema de contaminación de Madrid no es tanto de concentración de CO2 como de óxidos de nitrógeno, que se han reducido sustancialmente desde 2006.

Desde GANVAM insisten en que el Plan A de la Ciudad de Madrid sustenta la restricción del derecho constitucional de las personas a moverse libremente en datos antiguos cuando existen registros actualizados de fuentes oficiales que ayudarían a analizar con mayor precisión el potencial contaminante del parque circulante real. Es el caso de cifras tan sensibles como el de emisiones que datan del año 2014 o el del parque rodante que corresponden a 2013 cuando ya existe un censo a cierre de 2016. Mucho más atrás se remontan en el caso del clima, al utilizar valores entre los años 1981 y 2010, subrayan desde GANVAM.

Demonización del automóvil

Con este desfase temporal en los datos, GANVAM destaca que el informe del ayuntamiento carga las tintas contra el tráfico rodado, obviando que ha contribuido tres veces más que otros sectores a recortar las emisiones de partículas contaminantes con el desarrollo de tecnologías más eficientes para adaptarse a las exigentes normativas Euro.

De hecho, resulta paradójica la actitud restrictiva de la administración local con este sector que responde del 31 por ciento de los gases de efecto invernadero, y su laxitud con otras fuentes que generan el 69 por ciento restante, pasando por alto medidas para reducir la contaminación de sectores como el ferrocarril, la aviación o la industria, dicen desde GANVAM, aunque reconocen que, como excepción, el informe municipal sí admite que las calefacciones centrales son una de las fuentes de emisiones más perjudiciales para la calidad del aire. Y si bien se anuncia la prohibición del uso del carbón para 2020, la dotación presupuestaria para desarrollar redes más eficientes de climatización es tan ínfima ─apenas 3,2 millones de euros de los más de 543 previstos inicialmente─ que siembra la duda sobre si este cambio de modelo es una verdadera prioridad para el ayuntamiento.

En GANVAM admiten que el informe del Ayuntamiento de Madrid también reconoce el impacto negativo que la propia actividad urbana, a través del asfalto y las fachadas, tiene en el cambio climático al elevar la temperatura media de la ciudad; sin embargo, la Asociación destaca que el Ayuntamiento de Madrid no aporta un plan de acción, como programas de mantenimiento para las calles o iniciativas orientadas a sustituir el pavimento actual por materiales más sostenibles que eviten la isla de calor.

GANVAM censura que el Ayuntamiento de Madrid haya
pasado por alto en su de Calidad del Aire y Cambio Climático
las etiquetas ecológicas asignadas por la DGT a los vehículos
De todo ello se deriva, en opinión de GANVAM, que mejorar la calidad del aire no puede limitarse a restringir de forma general el uso del vehículo privado, máxime cuando existe un distintivo medioambiental que discrimina los coches en función de su potencial contaminante. Si no se utiliza adecuadamente este distintivo, se está metiendo en el mismo saco a todos los modelos, pasando por alto tecnologías cero emisiones como la eléctrica, de la que ni siquiera existe un decidido plan de impulso, protestan desde GANVAM.

¿Cuáles son los verdaderos objetivos del Plan A de la Ciudad de Madrid?

¿Evitar el tráfico?. El informe del consistorio pierde de vista el objetivo principal, que es reducir la contaminación, y confunde los fines que las distintas medidas restrictivas del tráfico pueden llegar a alcanzar. Limitar la velocidad a 70 kilómetros por hora en la M-30 y accesos a Madrid para disuadir a los conductores de entrar en la ciudad y al mismo tiempo permitir circular a 100 kilómetros por hora en la M-40 (periferia) es incoherente y evidencia que lo que se busca es reducir la congestión y no las emisiones. Recordemos que a más velocidad durante más kilómetros, más contaminación se genera.

¿Eliminar tráfico de paso?. Las restricciones de aparcamiento a los no residentes para hacer del centro de Madrid una zona libre de emisiones tampoco reducirán la contaminación. Al prohibir el aparcamiento no se elimina el tráfico de paso sino que se generan problemas de acceso en situaciones tan cotidianas y necesarias como ir al trabajo, al médico o al colegio; una circunstancia en la que se pueden encontrar más de un millón de personas.

Además, el informe no calibra el impacto económico que esta medida puede tener sobre sectores estratégicos para el futuro de la ciudad como el comercio, que representa el 16,5 por ciento del PIB de Madrid y emplea al 27 por ciento de la población ocupada siendo, junto con el turismo, la principal palanca económica de la capital.

¿Dejar sin coche a las rentas más bajas?. Con respecto a una de las medidas más polémicas, GANVAM cree que la intención del consistorio de prohibir circular a los coches más antiguos ─gasolina matriculados antes del año 2000 y a los Diesel anteriores a 2006─ en todo el término municipal para 2025, es acertada pues crea las condiciones adecuadas para renovar el parque. Ahora bien, en la práctica es regresiva pues penaliza a las rentas más bajas.

En su lugar, lo coherente sería facilitar incentivos al cambio de coche hacia modelos más eficientes, ya sea nuevo o usado de hasta cinco años. El propio ayuntamiento reconoce que es imprescindible recuperar un plan estatal pero coordinado entre las distintas Administraciones Públicas orientado el achatarramiento de estos modelos tan antiguos y por tanto, tan contaminantes.

Desde GANVAM concluyen su contrainforme señalando que el Plan A debería ser hacerlo bien, pero para nosotros el Plan B siempre es hacerlo mejor. Restringir el uso del coche privado, reducir la velocidad o limitar el aparcamiento no pueden ser las únicas soluciones para rebajar la contaminación. El Ayuntamiento de Madrid está confundiendo de manera interesada vehículo privado con vehículo contaminante. Sin duda, estamos de acuerdo en que la movilidad debe ser una cadena de medios sostenibles, pero ¿quién dice que el coche no lo sea? ¿acaso un coche de bajas emisiones no lo es? Por tanto, hay que atacar a la raíz del problema: el envejecimiento del parque.

Sí, pero...

El argumentario de GANVAM contra el Plan A de la Ciudad de Madrid está muy bien pero tiene el problema de que se nota demasiado su orientación a reclamar subvenciones a la renovación de los vehículos, vamos, al negocio de sus miembros, que es vender automóviles. En principio, esto podría considerarse no sólo natural sino también lícito. Pero hay una serie de argumentos que desde GANVAM son usados para desbaratar los razonamientos municipales que también pueden ser usados para desbaratar los puntos de vista de la Asociación.

Por ejemplo, recrimina al Ayuntamiento de Madrid que tome medidas que pueden dejar sin coche a las clases más bajas y sugiere ayudas y subvenciones para renovar el automóvil sin tener en cuenta que incluso con esas ayudas ─a cargo de los impuestos pagados por contribuyentes posiblemente más necesitados de otras subvenciones, aunque no estén relacionadas con el automóvil─ la compra de un vehículo nuevo no deja de ser una inversión difícilmente afrontable por el ciudadano afectado.


El Ayuntamiento de Madrid no tiene ni siquiera un plan de impulso de las
tecnologías de movilidad con cero emisiones, censuran desde GANVAM
¿Por qué no se insiste en que las ITV realicen debidamente su función y exijan que los vehículos revisados por ella emitan lo que les permite la normativa que les afecta?. Si no se fían de las ITV, lo mejor sería que éstas desaparecieran, puesto que en realidad sólo cumplen en ese supuesto una función recaudatoria.

Y el punto por donde se resquebraja toda la loable argumentación de GANVAM es el de la antigüedad del parque circulante. La edad media del parque español es similar a la que tienen los parques de los países occidentales más avanzados, calculada, en el caso de esos países sobre datos sólidos. Pero en España, los datos sobre la edad del parque circulante no se sostienen.

Casi 4 millones de vehículos viejísimos en el limbo

Ya hemos dicho muchas veces en esta web-blog que, en el otoño de 2013, la entonces directora general de Tráfico, María Seguí, reconocía públicamente haber descubierto que figuraban registrados en el parque español unos 3,5 millones de vehículos que en realidad no se sabía si continuaban en circulación, ni tan siquiera si seguían existiendo y que la Dirección General de Tráfico (DGT) iba a acometer una campaña para tratar de aclarar en qué situación se encontraban dichos vehículos.

Por lo que hemos podido deducir siguiendo el asunto en la medida que nos ha sido posible, el descubrimiento de esta anomalía se produjo cuando en 2012 la DGT acometió la preparación de las hoy ya conocidas etiquetas ecológicas para los automóviles.

En el otoño de 2014, María Seguí anunciaba que, a raíz de aquella campaña de depuración de archivos, se habían dado de baja en toda España 400.000 vehículos y otros 400.000 propietarios habían decidido voluntariamente dar también de baja otros tantos vehículos.

Que nosotros sepamos, siguen quedando en los archivos de la DGT 2,7 millones de vehículos ─más del 77 por ciento de los 3,5 millones detectados inicialmente─ en situación dudosa, vehículos que con toda seguridad estarán muy cargados de años y, en consecuencia, distorsionan enormemente la auténtica antigüedad del parque.

Los intentos que hemos efectuado en estos dos últimos años por averiguar si se ha depurado aún más el parque de tales vehículos no han resultado fructíferos. Las estadísticas que publica la DGT no acusan una disminución del total de automóviles en circulación que corresponda a un volumen similar.


Desde luego, siempre se nos puede alegar que los vehículos de existencia dudosa van siendo dados de baja por la DGT de manera progresiva para asegurarse de que la probabilidad de que no existan es próxima a la certeza. Pero de cualquier manera eso no acaba con la distorsión que producen en la antigüedad media del conjunto del parque.

Pero ainda máis!, que diría un gallego, resulta que, a través de fuentes de toda solvencia, hemos sabido muy recientemente que existe una bolsa adicional de entre 800.000 y 1.200.000 vehículos que, aún figurando como todavía en circulación, es en realidad sumamente probable que no existan, al haber ido siendo despiezados a lo largo de muchos años en distintos desguaces que nunca los dieron de baja oficialmente.

¡¡Así pues, podríamos tener censados en nuestro parque cerca de 4 millones de vehículos cargadísimos de años que en realidad no existen!!.

Como es obvio, esos vetustos e inexistentes vehículos están sesgando de manera muy notable la edad media del parque y GANVAM no puede usar este parámetro en ninguno de sus argumentos para demandar ayudas y subvenciones.

¿Por qué la DGT no actúa ya y aclara cuál es la realidad de nuestro parque automovilístico?. ¿Es que tiene miedo de reconocer que no ha cumplido como debiera sus funciones de censado de los vehículos matriculados?. Desde luego, el organismo no quedaría en muy buen lugar si se viera obligado ahora a hacer público que la edad media de nuestro parque circulante que tanto se ha usado para conceder ayudas o subvenciones resultara ser tres, cuatro o cinco años menor a la que se venía admitiendo.