martes, 30 de octubre de 2018

¡ASÍ ERA BARREIROS!

🔴 Recuperamos un reportaje que se publicó en la revista VELOCIDAD en 1964 dedicado a la biografía del celebérrimo industrial español



MADRID ─ El 8 de febrero de 1964, el semanario VELOCIDAD ─en el que quien escribe estas líneas debutaría como periodista algo más de seis años después─ publicaba un reportaje escrito por R. Nuvolari, glosando la figura y biografía de Eduardo Barreiros, pionero de la industria automovilística española. A través de la red social Facebook, Víctor Fernández ha compartido sendas fotografías de la portada y las dos páginas interiores de aquel ejemplar de VELOCIDAD en que se recogía el mencionado reportaje. Dado que todo lo relativo al popular personaje despierta un enorme interés en el mundo transportista español y al objeto de que los interesados en leer el reportaje no se dejen los ojos tratando de leer las fotografías, nos hemos permitido aplicar una serie de herramientas informáticas hasta conseguir pasar el contenido de esas fotos a texto, el cual ofrecemos a continuación.

-----------------------------------------------------------------------------------------------------


ASÍ ES BARREIROS

HACE DOCE AÑOS ERA UN MODESTO INDUSTRIAL CON DIEZ OBREROS

EN LA ACTUALIDAD, LA FIRMA BARREIROS COMPRENDE:

- 16 EMPRESAS DIFERENTES, TIENE INVERTIDOS MÁS DE 3.000 MILLONES DE PESETAS

- PROPORCIONA TRABAJO A UNOS 16.000 OBREROS Y EMPLEADOS

- OCUPA UNA EXTENSIÓN DE MÁS DE UN MILLÓN DE METROS CUADRADOS


En el mundillo de la automoción se habla mucho de Barreiros. No como marca, que como producto industrial tiene sus adictos y sus detractores, sino como persona, como hombre creador del más potente complejo automovilístico de España. En muy pocas ocasiones la figura de este hombre ha salido a la luz pública de forma aislada.


Cuándo se ha hablado de Eduardo Barreiros es porque había detrás de ello algún acontecimiento industrial que interesaba a la marca. Pero casi nunca o nunca se ha hablado de él en particular. Barreiros ha esquivado a la Prensa aisladamente sólo se ha enfrentado a ella en las ocasiones que él quería se reflejase un motivo determinado. Fuera de estos motivos o intereses particulares, tanto él como su factoría de Villaverde han constituido siempre un “telón de acero” para el periodista. Sin embargo, como el lector sigue interesado en conocer la biografía del personaje más popular de la industria automovilística española, hemos hecho todo lo posible por conseguirlo, pese, repetimos, a las dificultades encontradas.

SUS PRIMEROS PASOS

Eduardo Barreiros nació en Orense el 24 de octubre de 1919. su adolescencia no fue difícil: su padre tenía una línea de autobuses, que efectuaba el recorrido Ourense parada del Sil Castro Caldelas. Nacido en el seno de una familia profundamente religiosa, el joven Barreiros fue cimentando poco a poco su personalidad a base de disciplina espiritual y física.  a los 15 años habría de ser protagonista de una escena que dejó profunda huella en su formación. se hallaba jugando en plena calle, con la camisa ligeramente desabrochada por arriba. En su pecho brillaba. a ráfagas, confundida a veces con el sudor de la carne una medalla de oro. Un comunista pasó junto a él y, encarándose, le arrebató la medalla violentamente. El joven Barreiros no puede discernir aún si fue mayor su dolor físico que el moral. Pero entonces decidió alistarse como Pelayo del Requeté.

Pocos meses después ingresó como voluntario en el tercio Abárzuza, de Navarra, siendo destinado al Alto de los Leones, donde combatió un año hasta que le dieron permiso, por ser voluntario y por ser demasiado joven. Volvió a su casa, pero siguió prestando servicios de transporte militar con uno de los autobuses de su padre, en el frente de Oviedo. En 1934 le llamaron a quintas, y fue destinado a antitanques.


No olvide que el artículo que
está usted leyendo se publicó

hace más de 54 años
Terminada la guerra, Eduardo Barreiros volvió a Ourense, donde se dedicó al montaje de vehículos, a base de piezas sueltas adquiridas de chatarra. Los conocimientos prácticos que iba adquiriendo con esta búsqueda de las más insignificantes piezas de un vehículo los fue complementando y perfeccionando con los estudios. Barreiros no ha dejado un solo momento de estudiar. Incluso sus lecturas, aparentemente de recreo, le sirven para extraer deducciones prácticas ideas con vistas a su formación como empresario.

Con estas piezas aisladas, extrayendo un chasis viejo por un lado; por otro un radiador; por otro, un motor en desuso, un diferencial, una caja de cambios, etc. Eduardo Barreiros fabricó el primer autobús, que vino a sumarse a los que componían la línea de viajeros de su padre. El primer paso estaba dado. Siguió con esta industria rudimentaria, y poco a poco fue adquiriendo todo lo imprescindible para formar un taller; primero un torno, luego un taladro corriente, una soldadura eléctrica…

No contento con esto, en 1940, con sólo 20 años de edad, Eduardo se asocia con su hermano Valeriano, 5 años más joven que él, y que entonces estaba estudiando el bachillerato. Constituyeron una sociedad denominada Barreiros Empresa Constructora, con un capital inicial de doscientas mil pesetas. Principio modesto, pero con propósitos ambiciosos.

En efecto, el taller fue creciendo poco a poco, y al montaje de vehículos vino a sumarse pronto una nueva interesante y decisiva actividad la de transformar los motores de gasolina en diesel. Era la época de la restricción, y Eduardo Barreiros intuyó que sería un buen negocio economizar el consumo de un motor adaptándolo a un combustible menos costoso: el gasoil.

Autocar Barreiros 2900
El éxito fue completo. Con esta flamante experiencia, Barreiros decide trasladarse a Madrid y alquila, en 1951, un taller en el kilómetro siete de la carretera de Andalucía. Allí continuó transformando motores, cada vez en mayor cantidad, hasta que, en 1954, el taller pasó a ser una de las fábricas del gran ciomplejo que habría de formarse después. Se formó una nueva sociedad, con diez millones de pesetas, que se tituló Barreiros Diésel S.A.

EL COMPLEJO BARREIROS

Hoy el complejo Barreiros comprende veintiséis  empresas diferentes. Las factorías de Villaverde ocupan una extensión de más del millón de metros cuadrados, y trabajan en ella más de dieciséis mil obreros y empleados, entre sus empresas industriales, comerciales y de la construcción. El capital social es de 300 millones de pesetas, pero las inversiones superan los tres mil millones.

Las actividades de Barreiros abarcas la producción y distribución de motores, camiones, tractores, autobuses, “dumpers” y carretillas elevadoras..., así como una serie de elementos y equipos para automoción. La facturación anual de sus fabricados es del orden de 5.000 millones de pesetas.

Para no tropezar con el hándicap que suponía y supone depender de una industria auxiliar, lenta e incierta, Barreiros se forma su propia industria auxiliar. Engranajes, cajas de cambios, diferenciales, equipos eléctricos, etcétera, son producidos por la propia empresa para autoabastecerse sin restricciones.

Aunque en motores y cabinas se ha aludido a cierta semejanza con marcas extranjeras, no cabe duda que los motores y camiones Barreiros, base de toda la gran industria de hoy, llevan el sello personal de su autor. Un sello matizado con muchos años de experiencia, de estudio, de dedicación absoluta a la obra. 

Luego las restantes empresas nacieron de contactos con firmas extranjeras. Con Hanomag, para la fabricación de tractores y maquinaria agrícola; con la firma inglesa Aclo, para la producción de autobuses y “dumpers”; con David Brown, para la fabricación de cajas de cambios. La participación de estas empresas extranjeras es de un 25 por ciento, aunque la aportación práctica de estas empresas es fundamentalmente a base de maquinaria, no de capital. Una táctica inteligente que le ha permitido formar el gigantesco complejo de Villaverde.


Carretilla elevadora fabricada por Barreiros 
En el aspecto financiero, Barreiros empleado una táctica no menos inteligente que el anterior. Prácticamente no cuenta con créditos, sino con clasificaciones, amplias, para descuento de papel comercial. El dinero conseguido con la venta de su fábricados, en lugar de destinarlo otros fines, no invierte en la propia industria, consiguiendo una verdadera autofinanciación.

De las factorías de Villaverde sale la producción más variada que se ofrece hoy en la industria de la automoción española. En motores abarca tres importantes ramas motores para vehículos, en 4 y 6 cilindros, con potencias de 50, 55, 65, 83, 90, 115, 158 y 170 caballos; motores industriales, también en 4 y 6 cilindros con 37,5, 57,5, 60/80, 90/130 y 190 caballos de potencia, y motores marinos así mismo de 4 y 6 cilindros, en potencias que oscilan de los 42 a los 155 caballos. El número de motores fabricados hasta la fecha rebasa la cifra de las 100.000 unidades.

En camiones la producción comprende vehículos para 6, 7,5, 10, 12 y 18 toneladas, y vehículos todoterreno en versiones civil y militar. La producción está aproximada 6.000 unidades al año, de las que un catorce por ciento se dedica a la exportación a países tan heterogéneos como Uruguay, Colombia, Paraguay, Guinea, Turquía, Filipinas, etc.


Hanomag Barreiros fue la marca usada para los
tractores agrícolas que se produjeron con licencia de
la firma alemana
Los tractores Hanomag Barreiros llevan participación y asistente asistencia técnica de la firma Reinsthal Hanomag AG de Alemania. Barreiros fábrica modelos de 30, 38, 42, 45, y 65 caballos en las más variadas versiones para aplicación a los diversos usos del campo. en cuanto a los autobuses y “dumpers”, Barreiros cuenta con asistencia técnica de AEC Limited Acro, y produce vehículos urbanos, interurbanos y “dumpers” de distintas capacidades y tonelaje.

El último acuerdo internacional, reflejado no hace mucho en nuestra revista, es el de Barreiros con Chrysler. En virtud de él, la firma norteamericana ha hecho una aportación de capital de mil millones de pesetas y autoriza y colabora a la fabricación en España del turismo Dodge Dart, del que una buena parte se dedican a la exportación. Las primeras unidades de este vehículo comenzarán a entregarse en el mes de diciembre próximo.

UN HOMBRE SENCILLO

Eduardo Barreiros, el hombre que domina el complejo industrial automovilista más grande de España, vive totalmente entregado a su trabajo. Se levanta a las ocho de la mañana, casi sin excepciones. Desayuna un zumo de frutas y marcha a sus fábricas, comenzando el trabajo con una inspección por las distintas dependencias. Desde las doce y media a una, despacha y cambia impresiones con los directores generales de sus empresas. A las tres, almuerza en la misma fábrica. Y ya trabaja ininterrumpidamente hasta las diez de la noche.

Cena en casa siempre, y no sale después de cenar, excepto los sábados. Los domingos, por la mañana suele ir al tiro de pichón - su única distracción, aparte de la lectura y el tabaco - y por la tarde lleva a su hijo, de once años, y a su hija, de siete, al cine, junto con su esposa.
El producto más representativo de Barreiros fueron sin
duda los camiones; en la foto, un Saeta 75

Esa es la vida metódica, programada, del gran coloso industrial. Rutinaria si no fuera por el estímulo de la creación constante y de la compensación familiar. Rara vez falta más de tres días a su trabajo, en los viajes que necesariamente debe hacer. Ni incluso cuando marcha al extranjero. Está demasiado ligado a sus quehaceres para concederse la más ligera tregua.

Cuenta con la valiosa ayuda de sus hermanos. Valeriano, treinta y ocho años, sigue siendo su socio, y está encargado de la dirección administrativa y financiera de la empresa. Eduardo reconoce la eficiente ayuda de su hermano. Sin él hubiera sido imposible el rápido progreso de la empresa. Junto a ellos, José Graciliano, treinta y cinco años, ingeniero industrial, actual director general de la empresa, aporta su valiosa asistencia técnica. El benjamín de la familia, Celso, también ingeniero, interviene asimismo en la política industrial de la firma. Dos hermanas completan la familia Barreiros: María, casada, y Luz, monja.


El Dodge Dart de Chrysler fue fabricado por
Eduardo Barreiros en sus instalaciones de Villaverde
El padre, don Eduardo Barreiros, fundador de la primitiva línea de autobuses orensana, ha fallecido hace unos días, en Alemania, donde se hallaba hospitalizado, víctima de una grave dolencia. La familia Barreiros está de luto.

Eduardo Barreiros, hijo, fundador del enorme complejo Barreiros, camina a diario, pensativo, por entre la encrucijada metálica de sus factorías. Sueña con Orense, con su vida sencilla de mecánico en la época en que fructifican las primeras ilusiones y ambiciones. La huella de tres mutilaciones en la mano izquierda sirve de evocación de un pasado alegre. No es que ahora esté triste y pesaroso. No, la vida le ha dado cuanto ha pedido de ella. Pero él también ha dado mucho a la vida y hoy vive abrumado por la responsabilidad derivada de su creación. Dieciséis mil familias están pendientes de sus desvelos. Y él, cristiano consciente, creador y trabajador infatigable, toma gustoso con y por ellos el rumbo que un día marcara su destino: el progreso de Barreiros Diesel. Es el tributo a la popularidad. R. NUVOLARI
-----------------------------------------------------------------------------------------------------

NOTA: LAS FOTOGRAFÍAS QUE ILUSTRAN ESTE POST, SON TOTALMENTE AJENAS A LAS QUE SE PUBLICARON EN EL ARTÍCULO DE LA REVISTA VELOCIDAD