sábado, 2 de julio de 2016

EL MITO DE LA CONTRIBUCIÓN DEL CARNÉ POR PUNTOS A LA REDUCCIÓN DE LOS ACCIDENTES DE TRÁFICO, A PUNTO DE CAER

Tras varios años de recuperación económica, en Estados Unidos la tendencia a la baja de las víctimas mortales en accidentes de tráfico se ha truncado y en 2015 subieron un 7,7 por ciento En España, se acaba de saber que también han crecido un 8,2 por ciento en el primer semestre del año con respecto al mismo período de 2015



MADRID ─ Pese a la insistencia de la Dirección General de Tráfico (DGT) y su cohorte de aduladores ─en un reciente telediario, sólo vimos a Mario Arnaldo, de Automovilistas Europeos Asociados, mantener una postura objetiva y coherente al respecto, señalando que el carné por puntos podía haber sido positivo pero que debía ser replanteado─ en los maravillosos efectos que el carné por puntos ha tenido en la reducción de los accidentes de tráfico y el número de víctimas registradas en ellos, mucho nos tememos que la DGT y su cohorte de aduladores han perdido una gran oportunidad para callarse ya que la tendencia a la baja que en estos últimos años han registrado las víctimas mortales en accidentes de tráfico se ha debido fundamentalmente a los efectos de la gran crisis económica padecida en ese tiempo. Un fenómeno que se ha producido igualmente en la gran mayoría de las economías occidentales. Ahora, la recuperación económica ─con el correspondiente aumento de las ventas de vehículos─ y el precio más bajo de los combustibles han comenzado a elevar de nuevo ese fatídico parámetro

En efecto, fuera del coro oficial de la DGT, ha habido voces que señalaron en su momento que la reducción de accidentes de tráfico era un fenómeno de origen económico que poco o nada tenía que ver con el carné por puntos, implantado hace una década y que simplemente se debía a que las dificultades económicas porque atravesaban muchas familias eran las que daban lugar a que se viajara mucho menos y los vehículos hicieran muchos menos kilómetros, con el consiguiente impacto reductor en la cuantía de accidentes, como estaba ocurriendo también en otros países donde sus autoridades, ignorantes ellas, no habían implantado el dichoso carné por puntos.

Precisamente, en Estados Unidos, hace pocos días que la National Highway Traffic Safety Administration (NHTSA) la agencia federal dependiente del Departamento de Transportes que entiende en materia de seguridad vial y de los vehículos, ha hecho público que en 2015 se registraron un 7,7 por ciento más víctimas mortales en accidente de tráfico que en 2014, alcanzándose el nivel más alto desde 2008 y siendo el primer año en que esa cifra crece desde 2012.

Mark Rosekind, administrador de la NHTSA, ha reconocido que ese aumento se debe en parte a estos últimos años de recuperación de la economía estadounidense y al descenso del precio de los combustibles, lo que ha contribuido a que los conductores hagan más kilómetros, concretamente un 3,5 por ciento más en 2015 que en 2014. Por descontado, Rosekind señalaba también que hay otro factor responsable del incremento de víctimas mortales, que es el error humano, al que achaca el 94 por ciento de los accidentes. 

¡Ah, entonces no es sólo la crisis económica!, nos parece escuchar decir a coro a la cohorte de aduladores de la DGT. Pues aunque no lo crean, también eso tiene su origen en la crisis económica: menos conductores en la carretera y menos kilómetros al volante significan menos oportunidades de que se produzcan errores de conducción que terminen causando un accidente.

Rosekind lamentaba también que hubiera crecido un 10 por ciento el número de víctimas mortales en accidentes en los que se habían visto implicados conductores con edades comprendidas entre 15 y 20 años.

España, por la misma senda

En España llevamos ya dos o tres años de una relativa recuperación económica, como refleja el notable aumento de las ventas de coches nuevos, que en el primer semestre del año en curso alcanzaron la cifra de 623.234 unidades, el mejor semestre desde 2008, según los datos de ANFAC. Y los combustibles están en niveles de precio relativamente bajos, obviamente sin comparación con el precio de los combustibles en Estados Unidos, aunque lo suficiente como para que llenar un depósito medio cueste 7u 8 euros menos que hace un año.

¿Qué consecuencias cabe prever de esa situación española?. Pues por desgracia que, como ha ocurrido en Estados Unidos, los conductores españoles conduzcan más y hagan más kilómetros y que ello conduzca a una vuelta al alza en la cifra de víctimas mortales en accidente de tráfico, como ha ocurrido en Estados Unidos y en otros muchos países occidentales.

¿Fatalismo por nuestra parte?. ¡Ojalá!, pero los datos más recientes señalan que en el primer semestre de 2016 murieron en la carretera 544 personas en España, 41 más que en el mismo semestre de 2015. ¡Un 8,2 por ciento más!. Mal van las cosas de cara al conjunto del año 2016.

Por eso, en lugar de recrearse en los mensajes de autocomplacencia respecto al carné por puntos, creemos que la DGT debería entrar más a fondo en la materia. Por ejemplo, si tanto impacto tiene el carné por puntos en la reducción de accidentes y víctimas mortales, el hecho de que 3 de cada 4 conductores no hayan perdido uno solo de los 15 puntos de partida debería hacernos meditar y a nosotros se nos ocurren preguntas que sólo la DGT puede responder.

Entre ellas, por ejemplo: ¿existe un colectivo claramente definido de conductores irresponsables y peligrosos?, ¿cuántos de los puntos perdidos por conductor derivan de un accidente con víctimas mortales?, ¿conduce mayoritariamente a la retirada del carné el haber originado un accidente con víctimas mortales? ¿cuál es la edad media de los conductores que han perdido puntos por verse implicados en accidentes con víctimas mortales?... 

En estos últimos días hemos podido ver entrevistas en televisión a conductores bastante jóvenes que habían perdido todos sus puntos y estaban haciendo el correspondiente curso de reciclaje y que, lamentablemente, de sus respuestas al entrevistador cabía deducir que iban a volver a perder todos sus puntos en poco tiempo. Nueva pregunta: ¿es una medida suficiente el curso de reciclaje para reconducir el comportamiento del conductor infractor a la buena senda o es otro cable de ayuda que la DGT echa a las autoescuelas, quedando en segundo plano el propio reciclaje del conductor?.

En fin, que el marketing y la autocomplacencia deberían excluirse de cuestiones tan serias como éstas.