martes, 31 de mayo de 2016

SÍ, SÍ, MUCHA PREVENCIÓN DE RIESGOS LABORALES PERO, DE LOS RIESGOS DE ACCIDENTES EN LAS ACTIVIDADES DE OCIO, ¿QUÉ?

Urge que las organizaciones feriales establezcan unos estándares sobre las características de los stands que contribuyan a evitar tropezones, traspiés, torceduras, esquinces y caídas de los visitantes distraídos


MADRID ─ A lo largo de muchos años y en el ámbito de la organización industrial he tenido que tratar con mis alumnos el tema de la prevención de riesgos laborales, señalándoles, por ejemplo, que muchas torceduras de tobillos, esquinces de rodilla, caídas e incluso fracturas óseas tienen su origen en fallos arquitectónicos o de diseño de interiores en salas, naves o edificios. Pues bien, hace tiempo que vengo observando que en la configuración de los stands de salones y ferias apenas se cuidan esos aspectos por lo que es muy fácil que quienes acuden a esos certámenes puedan ser también víctimas de lo que podríamos considerar como accidentes en el ejercicio del ocio, aunque las lesiones que en ellos se produzcan sean similares a algunas de las que pueden ocurrir durante una jornada laboral.

Tradicionalmente, se jugaba con las aristas de las losetas
del descansillo para señalar el final de un tramo de escalera 
Las escaleras y sus escalones son con frecuencia promotores de lesiones en las personas que discurren por ellos por no haber sido construidos de forma adecuada. Antes de que se empezase a resaltar dónde terminaba cada escalón, esto es, donde estaba su borde, mediante cinta adhesiva de color vivo, sus aristas horizontales quedaban marcadas implícitamente por la uniformidad de altura de aquellos escalones y, cuando se trataba del escalón previo a un descansillo, por las aristas de las losetas que cubrían dicho descansillo, las cuales se colocaban de manera que incidían perpendicularmente contra la arista horizontal del escalón, marcando con ello el final de ese tramo de escalones y la llegada del descansillo. Otros detalles como la interrupción de la barandilla del descansillo ─cuando la había─ reforzaban el mensaje subliminal de aviso a las personas que transitaban por la escalera.

Tramo de escalera del Teatro Real de Madrid. ¿Cuántos
escalones tiene este tramo? Seguro que una gran parte de
los lectores que decidan contarlos se equivocará
Siempre suelo poner como ejemplo de escaleras asesinas las del Teatro Real de Madrid, donde cada tramo tiene distintos criterios tanto arquitectónicos ─distinto número de escalones─ como ornamentales ─en unos tramos hay un escalón real de mármol granate al llegar al descansillo y en otros ese escalón granate, es un escalón fantasma que en realidad está al nivel del suelo del descansillo─ que en conjunto contribuyen a provocar la caída de muchas personas, sobre todo al final de la presentación, con el consiguiente riesgo de lesiones. Yo mismo he podido presenciar esas caídas e incluso he estado a punto de protagonizar alguna de ellas.

Objetivo: altura cero sobre el nivel de los pasillos

Pues bien, en el reciente Salón de Madrid Auto 2016, me he entretenido en tomar diferente fotografías de las múltiples soluciones que aplican quienes diseñan los stands de los expositores con el fin de demostrar al lector la necesidad de que las organizaciones feriales establezcan unos estándares del mayor ámbito posible de aplicación para lograr que la altura de dichos stands quede al mismo nivel que la superficie de los pasillos por los que circulan los visitantes de los distintos certámenes.

Sabemos que cada expositor suele diseñar un stand corporativo que monta y desmonta en diferentes ferias y exposiciones a lo largo de un cierto número de años, al objeto de amortizar el coste de la obra de la forma más favorable posible, pero establecer un criterio único que reduzca a cero la altura de todos los stands sobre el nivel de los pasillos no debería plantear excesivos problemas ya que el imprescindible cableado eléctrico puede ir por el interior de canaletas o tubos empotrados en su correspondiente roza sobre el firme de los distintos pabellones del recinto ferial.

En el Salón del V.O., la necesidad de estar rotando los
coches exhibidos ha llevado a muchos llevado a muchos
expositores a optar por stands al mismo nivel que los
pasillos
De hecho, en el Salón del Vehículo de Ocasión de Madrid, celebrado sobre los mismos pabellones que ocupaba el Salón del Automóvil de Madrid 2016, apenas diez días después, se ha podido ver que muchos de los stands que antes tenían una cierta elevación sobre el nivel de los pasillos, ahora ya estaban a ese nivel. ¿Por qué el cambio?. Pues porque en el Salón del V.O. los expositores están sacando y metiendo coches continuamente en sus correspondientes stands y que el suelo de éste y el los pasillos que lo circundan pasillo se encuentren al mismo nivel es crucial. O sea, que, si se quiere, se puede hacer.

Entendemos que lo de las rozas no hará demasiada gracia a las organizaciones feriales pero, teniendo en cuenta que lo que se pretende es evitar accidentes personales, seguramente merecería la pena diseñar una red permanete y más amplia de canaletas con sus correspondientes tomas de electricidad para hacer posible la iluminación de muy diferentes distribuciones del material expuesto en los stands.  

Escalón vivo de casi 30 centímetros de altura con funciones
de peana de un vehículo, junto a escalón de mucha menor
altura con bisel junto al pasillo
Multitud de variantes

Recorriendo los diferentes pabellones que ocupaba el reciente Salón del Automóvil de Madrid 2016, nos hemos encontrado con una enorme variedad de alturas de stand o de parte de éste. Los había que conformaban un escalón recto (vivo) sobre los pasillos con alturas muy variadas que con frecuencia rondaba los 18 ó 20 centímetros, habiendo zonas concretas que, al borde del pasillo, funcionaban como peana de ciertos modelos y alcanzaban alturas de 30 centímetros. Desde luego, había expositores cuyos stands se encontraban al nivel de los pasillos, pero eran los menos.

En otros casos, se suavizaban los escalones con un bisel pero, como podrá imaginar el lector, había bisels suaves y otros más pronunciados, dependiendo de la elevación del suelo del stand correspondiente sobre los pasillos circundantes.

Una de las muchísimas combinaciones de escalón vivo
con rampa usadas en los stands del pasado
Salón Madrid Auto 16
Había asimismo stands con escalón vivo no a lo largo de todo su perímetro, sino en una parte del mismo, interrumpiéndose repentinamente por una zona biselada, dando lugar a unos peligrosos cortes de continuidad o de uniformidad, si se prefiere, que son con frecuencia fuente de los ya mencionados traspiés, tropezones, torceduras, esguinces y caídas de los visitantes cuya atención está en esos momentos mucho más pendiente de los vehículos expuestos que de los peligros ocultos en el acceso a los stands.

El caso más peligroso era era un stand cuya altura sobre el suelo era bastante grande por lo que se había optado por la solución de dos escalones para acceder en una parte del perímetro a un tercero que no era otra cosa que el nivel de una zona que, a modo de peana, resaltaba dos vehículos que se querían destacar sobre el resto de los vehículos expuestos en ese mismo stand.

Hemos forzado un poco los tonos para que el lector pueda
apreciar la existencia de un escalón intermedio cubierto con
la misma moqueta que recubre el pasillo colindante
Lo malo es que uno de esos escalones, concretamente el segundo, que cubría la mayor parte del perímetro del stand, estaba recubierto por una moqueta similar a la que recubría el pasillo y del mismo color que ésta, lo que dificultaba la visión del citado escalón. Por desgracia, el dichoso escalón camuflado se ha mantenido en el Salón del V.O.

Aunque nosotros hemos presenciado más de un traspiés o tropezón, afortunadamente no tenemos noticias de que, a consecuencia de los problemas comentados en párrafos previos se hayan producido caídas de importancia entre los visitantes del Salón Madrid Auto 2016. Aún así, seguimos pensando que debe establecerse como norma que la superficie de todos los stands se encuentren siempre al nivel de la de los pasillos.