lunes, 9 de mayo de 2016

TAKATA TENDRÁ QUE REVISAR OTROS CASI 40 MILLONES DE SUS "AIRBAGS" EN ESTADOS UNIDOS

La cifra viene a sumarse a los 28,9 millones que ya habían sido llamados previamente y que afectaban a 14 fabricantes de automóviles


MADRID ─ La National Highway Traffic Safety Administration (NHTSA), la agencia dependiente del Departamento de Transportes de Estados Unidos que entiende en materia de seguridad de los vehículos de motor, ha cogido finalmente el toro por los cuernos y ha pedido a Takata, el fabricante japonés de sistemas de seguridad pasiva, que revise todos los airbags de conductor y acompañante equipados con un inflador de nitrato amónico y que no llevan un agente desecante par absorber la humedad. La medida supondrá el repaso de entre 35 y 40 millones de tales dispositivos, que vendrán a sumarse a los 28,9 millones que ya habían sido llamados previamente y que afectaban a 14 fabricantes de automóviles, entre ellos: BMW, Chrysler, Fiat, Ford, General Motors, Honda, Mazda, Mitsubishi, Nissan, Subaru y Toyota.

La nueva revisión dará prioridad a los airbags más viejos y con más posibilidades de que el nitrato amónico que portan en su interior haya podido degradarse por efecto de la humedad y la temperatura o por la combinación de ambos factores. La NHTSA da de tiempo a Takata hasta el año 2019.

Como se recordará, el problema de los airbags de este fabricante japonés es que estallan cuando se activan, proyectando pequeñas partículas metálicas en forma de metralla contra la cara del conductor o el acompañante. Aunque ninguno de los airbags llamados a esta nueva revisión ha dado lugar a víctimas mortales, conviene refrescar la memoria del lector diciendo que los airbags llamdos anteriormente a rvisión si estaban ligados a 11 víctimas mortales y 100 heridos en Estados Unidos y, al menos tres víctimas mortales más en Malasia.

Hasta hace poco, sólo se sabía de una víctima mortal (clínicamente serían dos, puesto que se trataba de una mujer embarazada) en este país del sudeste de Asia, pero hace pocos días que Honda, uno de los fabricantes de vehículos más perjudicados por el affaire Takata, anunciaba que se habían producido dos víctimas más a consecuencia de la explosión del airbag de sus respectivos vehículos ─dos Honda City de cierta edad─ cuando éstos se vieron involucrados en un accidente. Honda añadía que ambos vehículos habían sido llamados para revisar sus airbags pero que no habían llegado a pasar esa revisión.

Una gestión lamentable

Para afrontar los costes de esta segunda revisión, Takata ha anunciado que hará una provisión de 20.100 millones de yenes (unos 165 millones de euros), de los que 16.600 millones irán destinados a los costes propiamente dichos de la revisión y los 3.500 millones restantes a afrontar las posibles indemnizaciones derivadas de las demandas de automovilistas que hayan experimentado daños físicos o las familias de las víctimas mortales originados por los airbags defectuosos.

La gestión del problema de los airbags de Takata ha sido muy mala, con continuas maniobras para demorar las acciones requeridas por las autoridades estadounidenses. Además, se ha descubierto que el problema ya había sido señalado bastantes años atrás por algunos ingenieros del proveedor japonés de componentes. Como consecuencia de todo ello, la cruda realidad es que en estos momentos el valor bursátil de Takata ha descendido un 75 por ciento y su presidente, Shigehisa Takada, no ha dimitido pese a los continuos rumores de que iba a hacerlo.

Takada está intentando buscar el apoyo de otros fabricantes japoneses de la industria del motor para conseguir los fondos necesarios para afrontar los gastos derivados de la mayor revisión que se recuerda en la historia del automóvil. Sin embargo, sus peticiones de ayuda financiera no parecen estar obteniendo una respuesta esperanzadora, por lo que algunos analistas consideran muy probable que la compañía se vea obligada a cerrar, renaciendo quizá con otro nombre y especializándose en la fabricación de otro tipo de productos.