jueves, 3 de julio de 2014

EL TRANSPORTE POR CARRETERA, COLUMNA VERTEBRAL DE TODA ECONOMÍA PRÓSPERA

- Wolfgang Bernhard, repasa la aportación presente y futura de los fabricantes de vehículos industriales a la sociedad



Wolfgang Bernhard, responsable de
Daimler Trucks & Buses
FRANCFORT ─ Wolfgang Bernhard, máximo responsable de Daimler Truck & Buses, en el marco de una jornada de trabajo organizada por la Asociación Alemana de la Industria del Automóvil (VDA) con la prensa internacional de cara al próximo Salón de Vehículos Industriales de Hanóver, subrayó la importancia del transporte en general y del transporte por carretera en particular en la economía europea. En 2010, aún en plena crisis, el sector transporte generó 540.000 millones de euros de valor añadido y recordó que, dentro del transporte de mercancías, el 90 por ciento del mismo se efectúa mediante camiones y furgonetas. Gracias aello, la industria fabricante de estos vehículos acumula en Europa un volumen de negocios de 70.000 millones de euros al año y da trabajo a 3,6 millones de personas.

Bernhard destacó el esfuerzo realizado y los logros conseguidos por los fabricantes de vehículos industriales en el frente de la eficiencia, habiendo logrado recortar en un 60 por ciento el consumo de combustible entre 1965 y 2014 y habiendo puesto en marcha las soluciones técnicas precisas para adaptar las vehículos a las diferentes normativas sobre reducción de emisiones contaminantes (Euro I a Euro VI) implantadas desde comienzos de la década de los 90 hasta nuestros días.

Esa reducción del consumo de combustible no tiene sólo que ver con el aspecto de los costes, sino que también tiene que ver con la protección de la naturaleza, al recortar las emisiones de dióxido de carbono (CO2), óxidos de nitrógeno (NOx) y partículas sólidas sin quemar (carbonilla).

Pero también se ha mejorado la eficiencia del transporte por carretera modificando los vehículos para conseguir una mayor capacidad de carga y una seguridad activa y pasiva mucho más completa.

Todos tienen que arrimar el hombro

Ahora bien, de cara al futuro, hace ya tiempo que los fabricantes de vehículos industriales vienen advirtiendo de que ellos sólos no pueden hacerlo todo. Si queremos seguir avanzando en la reducción de emisiones de CO2, por ejemplo, es imprescindible que también arrimen el hombro los constructores de remolques y semirremolques, los fabricantes de neumáticos, las petroleras, los propios conductores de los vehículos, los poderes públicos responsables de las inversiones en infraestructura ─hay que evitar el innecesario y creciente consumo de combustible que se genera en los atascos de tráfico─, y también los que manejan los presupuestos estatales para facilitar la renovación de las flotas, ya que de nada sirve que los vehículos nuevos contaminen muchísimo menos si aún siguen en circulación millos de camiones y furgonetas cuyos motores apenas si cumplen las normas Euro III, dijo Bernhard.

En el plano de la seguridad, la industria fabricante de camiones también ha logrado importantísimos avances que han contribuido en gran medida a que, en tanto que el número de toneladas-kilómetro transportadas por carretera creció un 15 por ciento en el período 2000-2011, el número de accidentes con víctimas mortales en que se vio implicado un camión descendió un 60 por ciento en ese mismo período.

Bernhard subrayó que Daimler Trucks había ido siempre muy por delante de la normativa legal, implantando, por ejemplo los programas de control electrónico de la estabilidad en el año 2000, cuando no será obligatorio en la Unión Europea (UE) hasta 2015; el aviso de abandono de carril en 2001 (obligatorio en 2014), la primera fase del freno automático de emergencia en 2006 (2015), la segunda fase de este mismo sistema en 2010 (2018) y la tercera fase del mismo en 2013 (no hay aún una fecha para que sea obligatorio en la UE).

La aplicación de los avances más recientes en materia de comunicaciones ha permitido que también haga ya tiempo que los camiones están en condiciones de transferirse datos de uno a otro, a sus clientes, al transportista, al fabricante, al conductor y a la propia infraestructura de tráfico, terminó Bernhard.