🔴 El primer desarrollo técnico tras la entrada de Iveco en Enasa consistió en incorporar el logo del caballo alado y el nombre Pegaso al frontal de un camión que los italianos llevaban ya tiempo vendiendo en el mercado español
¿Eran realmente obras maestras los primeros Trakker de Iveco-Pegaso como anunciaba el folleto publicitaro de aquella gama de obras? |
Y aquella decepción vino al comprobar que uno de los modelos estrella de la gama Trakker ─el tres ejes de tracción total (6X6)─ era un Iveco 330.36, un modelo que Iveco ya venía comercializando en nuestro mercado desde hacía tiempo ─y aún bastante antes en Italia─ y al que sólo se había añadido en el frontal el nombre Pegaso y el logo con el caballo alado. ¡Ese fue el primer fruto del acuerdo entre Iveco, ENASA y el gobierno español para la constitución de Iveco-Pegaso!.
Evidentemente y por desgracia, no fue así e inmediatamente afloró entre los periodistas la duda de si el nuevo patrón italiano había impuesto la comercialización de su modelo con placas Pegaso por meros intereses de marketing o porque el producto que Pegaso estaba desarrollando no se encontraba tan avanzado como se suponía o no alcanzaba el nivel técnico del modelo italiano... O simplemente era la mejor forma de que IVECO aprovechase al máximo el tiempo que pudiera durar el arancel que el gobierno español había impuesto a los dumpers de importación precisamente por la presión de Pegaso antes de que esta marca estuviera bajo el control italiano.
Para quienes no recuerden cómo era el innovador vehículo, diremos que su motor tenía una cilindrada de 14 litros que si bien podía parecer alta para los incondicionales partidarios del motor Pegaso de 12 litros, encajaba en la línea de grandes cubicajes que siempre había distinguido a los motores italianos. Con 6 cilindros en línea, su máxima potencia, 356 caballos, se conseguía a un régimen de 2.000 revoluciones por minuto (rpm) y con un par máximo de 140 mKg (1.372 Nm) a 1.200 rpm. La caja de velocidades es una ZF 4S-150 de ocho marchas sincronizadas que en combinación con una caja transfer de dos reducciones proporcionaba un total de 16 velocidades.
Durante la presentación del vehículo, se destacó que el secador de aire del circuito neumático de frenos venía de serie, algo que ya entonces era muy normal en otros mercados europeos para evitar corrosiones de tubos y latiguillos. El accionamiento de las zapatas de freno era neumático.
Un basculante de alta costura
Una novedad de aquella gama Trakker era la inclusión de vehículos totalmente carrozados, con unas cajas de carga en cuyo diseño había participado Francisco Podadera, el conocido estilista catalán que ya había colaborado con Enasa en la realización del Pegaso Solo 500, un estudio de estilo, ya que no tenía órganos mecánicos. Aquella nueva aproximación a Podadera no tuvo demasiado éxito, como algunos habíamos vaticinado, pues el segmento de obra no es uno en que los transportistas estén dispuestos a valorar demasiado las cuestiones estéticas. Cierto que las cajas del diseñador catalán estaban construidas enteramente en acero especial antidesgaste de alto límite elástico (E=100 kilos por milímetro cuadrado) y gran dureza superficial, pero eso también se reflejaba en el precio final del vehículo.
Con unas dimensiones interiores de 5.200 X 2.300 X 1.100 milímetros, el volumen aproximado de carga que se había conseguido en el basculante de Podadera llegaba a 13,5 metros cúbicos. En el equipo hidráulico se optaba por un sistema de elevación de tijera por considerar sus diseñadores que el mismo proporcionaba mayor estabilidad y permitía controlar la posición de la caja desde el inicio hasta el final del proceso de elevación, garantizando su paralelismo con el bastidor del vehículo. Así, la rapidez de ciclos permite acortar los tiempos en la maniobra de descarga, elevando la productividad del vehículo, insistían desde Pegaso o, mejor dicho, desde Iveco-Pegaso.
También se justificaba la comercialización del volquete de Podadera por un deseo de ofrecer vehículos listos para trabajar el mismo día de su compra, evitando así los tiempos muertos y los trámites administrativos del difícil proceso de carrozado del vehículo más que por un ánimo de beneficiarse también del margen comercial que deriva de la venta de una carrocería.
Otros modelos
Como quienes vivieron aquella época recordarán, la gama Trakker no se limitaba al dumper de tres ejes y el basculante de Podadera que nos han venido ocupando hasta aquí sino que también incluía vehículos de tres y cuatro ejes con diferentes configuraciones de camión rígido y vehículo articulado que venían a completar la oferta Pegaso ya existente para el segmento de obras, la cual consistía en la gama media de 14 y 17 toneladas junto con los modelos Míder de dos ejes y batallas más cortas para 20 toneladas de peso máximo autorizado.
Además del Iveco pegasizado, la gama Trakker contaba con dos volquetes de tres y cuatro ejes con tracción al eje tándem posterior que se pensaba comercializar tanto en la versión autobastidor como en la autobastidor carrozado, que habían sido concebidos para una utilización mixta en cantera-carretera. La cadena cinemática común a ambas versiones constaba de un motor Troner Turbo intercooling de 12 litros con seis cilindros en línea y 24 válvulas Twin-Flow, que rendía 340 caballos a 2100 rpm y ofrece un par motor máximo constante de 145 mKg entre 1.200 rpm y 1.500 rpm, lo cual era esgrimido por el departamento de marketing de Iveco-Pegaso como garantía de una excelente elasticidad así como una gran capacidad de aceleración y reserva de potencia.
La caja de velocidades era la ZF 16S 150 de 16 marchas sincronizadas en la que, lógicamente, se habían introducido modificaciones en los desarrollos respecto a los modelos de transporte de mercancías por carretera, al objeto de mejorar la capacidad de ascensión sin que ello supusiera una merma acusada de la velocidad punta.
Multitrak para conjuntos articulados
Para terminar el repaso a lo que era la gama Trakker presentada por Iveco-Pegaso en las primeras semanas de 1991, citaremos un conjunto articulado compuesto por una tractora y un semirremolque bañera en el que se había adoptado el sistema multitrak para disponer de tres ejes motores y tres ejes directores, lo que se conseguía sacando del puente trasero un árbol de transmisión que llegaba hasta el tándem del semirremolque.
Con este conjunto cuya capacidad de carga total alcanzaba las 47 toneladas, Pegaso pretendía captar una parte de la demanda de los grandes dumpers extraviales que se usaban en minas a cielo abierto, canteras, explotaciones forestales, etc. Ciertamente, el sistema de tracción multitrak elevaba notablemente la capacidad de superar pendientes, manteniendo una gran maniobrabilidad y capacidad de giro. Además, reducía prácticamente a cero el peligro de tijera. ¿Era éste el modelo que Pegaso había estado desarrollando para corresponder al arancel que el gobierno español había impuesto a los dumpers de importación?. Nunca lo sabremos, lo que sí supimos es que o bien por su elevado precio o bien por su limitado campo de utilización... probablemente por ambas cosas a la vez, el resultado comercial del modelo fue un desastre absoluto.
Otros modelos
Además del Iveco pegasizado, la gama Trakker contaba con dos volquetes de tres y cuatro ejes con tracción al eje tándem posterior que se pensaba comercializar tanto en la versión autobastidor como en la autobastidor carrozado, que habían sido concebidos para una utilización mixta en cantera-carretera. La cadena cinemática común a ambas versiones constaba de un motor Troner Turbo intercooling de 12 litros con seis cilindros en línea y 24 válvulas Twin-Flow, que rendía 340 caballos a 2100 rpm y ofrece un par motor máximo constante de 145 mKg entre 1.200 rpm y 1.500 rpm, lo cual era esgrimido por el departamento de marketing de Iveco-Pegaso como garantía de una excelente elasticidad así como una gran capacidad de aceleración y reserva de potencia.
Gracias al sistema multitrack, que enviaba tracción desde el eje motor del camión al eje tándem de la bañera, el conjunto articulado podía llegar a 47 toneladas de carga máxima fuera de carretera |
Para terminar el repaso a lo que era la gama Trakker presentada por Iveco-Pegaso en las primeras semanas de 1991, citaremos un conjunto articulado compuesto por una tractora y un semirremolque bañera en el que se había adoptado el sistema multitrak para disponer de tres ejes motores y tres ejes directores, lo que se conseguía sacando del puente trasero un árbol de transmisión que llegaba hasta el tándem del semirremolque.
Con este conjunto cuya capacidad de carga total alcanzaba las 47 toneladas, Pegaso pretendía captar una parte de la demanda de los grandes dumpers extraviales que se usaban en minas a cielo abierto, canteras, explotaciones forestales, etc. Ciertamente, el sistema de tracción multitrak elevaba notablemente la capacidad de superar pendientes, manteniendo una gran maniobrabilidad y capacidad de giro. Además, reducía prácticamente a cero el peligro de tijera. ¿Era éste el modelo que Pegaso había estado desarrollando para corresponder al arancel que el gobierno español había impuesto a los dumpers de importación?. Nunca lo sabremos, lo que sí supimos es que o bien por su elevado precio o bien por su limitado campo de utilización... probablemente por ambas cosas a la vez, el resultado comercial del modelo fue un desastre absoluto.