jueves, 31 de diciembre de 2020

RECUERDOS DEL TRASTERO: LOS AUTOBUSES BARREIROS AEC

🔸 Tras un asalto inicial al segmento de urbanos, el proyecto terminaría circunscribiéndose al sector de interurbanos y discrecionales por la presión de Pegaso, y la absorción de AEC por Leyland le daría la puntilla final


Un Barreiros A-101 de 1965 en una escena de la película El padre Manolo,
estrenada en 1966 y protagonizada por Manolo Escobar y Ángel de Andrés
MADRID ─ Hoy vamos a dedicar un poco de atención al acuerdo que el empresario español Eduardo Barreiros firmó con el fabricante británico AEC (Associated Equipment Company) para la construcción de autobuses sobre chasis fabricados con la tecnología de este último, a cuyo fin se iba a constituir en España una sociedad que se denominaría Barreiros AEC para acometer la producción de autobuses diseñados y desarrollados por el constructor británico. En realidad, el acuerdo, que se firmó hacia mediados de febrero de 1961 y que también contemplaba la fabricación de dumpers era con la compañía británica Associated Commercial Vehicles (Sociedad de Vehículos Industriales, en español), conocida habitualmente por las siglas ACV, de la que AEC era la filial principal.

Se suponía que ACV tomaría una participación importante en la futura Barreiros AEC y que J. D. Slater, a la sazón director comercial de AEC, formaría parte del comité de dirección de la nueva empresa.

En la industria británica el acuerdo firmado con Barreiros se contempló como un movimiento expansionista de ACV, que por cierto acababa de absorber Thornycroft, el célebre fabricante, también británico, de camiones y autobuses. En España, la noticia se presentó como un movimiento expansionista de Eduardo Barreiros que también quería dar la batalla a Pegaso en el frente de los vehículos para transporte colectivo de viajeros.

Un Barreiros AEC al pie del Viaducto de Madrid
Por entonces, 
Barreiros S.A., ya empleaba a unos 7.000 trabajadores en sus instalaciones de Villaverde (Madrid), para fabricar motores diésel, cajas de cambios, tractores agrícolas y camiones de tonelaje medio, además de algunos vehículos de tracción total para las fuerzas armadas españolas y portuguesas.

Durante las negociaciones previas al acuerdo, los representantes de la empresa española habían manifestado su interés por los dumpers AEC de 10 y 18 yardas cúbicas (7,65 y 13,76 metros cúbicos) sin duda con vistas al aumento de la actividad en el sector de la construcción que se suponía que iban a provocar los planes de desarrollo que preparaba el gobierno del general Franco.

Tanto los futuros autobuses fabricados en colaboración con AEC como los dumpers vendrían a complementar, no a sustituir la gama de vehículos industriales que ya fabricaba Barreiros.

El primer chasis de autobús de tonelaje medio construido en España por Barreiros AEC fue presentado en 1962 durante la Feria Industrial Internacional de Barcelona, la que más adelante terminaría convirtiéndose en el Salón del Automóvil de Barcelona. Estaba basado en el AEC Reliance e incorporaba ejes, caja de cambios y algunos otros elementos suministrados directamente desde Inglaterra. El bastidor y el motor eran de fabricación española y se anunciaba que iban a construirse 110 unidades de este modelo.

Autobús AEC Reliance de 1958 carrozado en Gran Bretaña

¿AEC o ACLO?

Hay que señalar que estos vehículos también fueron conocidos en España como ACLO Barreiros. El motivo es que, debido a presiones de la compañía alemana AEG, (denominación ésta muy similar fonéticamente a AEC) que tenía mucha presencia en los países de habla hispana, AEC comercializaba sus vehículos en dichos países con la marca ACLO, iniciales de Associated Company Lorries and Omnibuses (Compañía de Camiones y Autobuses). En España, al final y aunque inicialmente pareció imponerse la denominación ACLO Barreiros para el producto, en el recuerdo lo que ha perdurado es Barreiros AEC, el nombre de la sociedad conjunta.

Para terminar, señalar que Barreiros intento hacer la competencia a Pegaso en el campo de los autobuses urbanos, con un vehículo dirigido a restar ventas al Monotral de esta última, que tuvo una cierta difusión en la empresa municipal de transportes de Barcelona. También consiguió Barreiros colocar casi una treintena de unidades de sus urbanos en la flota del Servicio Municipal de Transportes Urbanos de Sevilla. Pero el resultado de sus vehículos y sobre todo la presión de la empresa estatal Pegaso, terminó por circunscribir la presencia de los Barreiros AEC al sector de autobuses interurbanos y discrecionales.

Barreiros AEC 105 carrozado por el gerundense Ayats
En éste último brillaron algunos modelos como el A-105, propulsado por un motor Barreiros de 6 cilindros en línea y 10,2 litros de cilindrada situado en posición central, tumbado bajo el chasis, que daba 170 caballos de potencia, capaz de transportar 50 pasajeros, carrozado por el gerundense Ayats.

El acuerdo entre Barreiros y AEC no duró mucho tiempo pues la absorción de la compañía británica por parte de Leyland con la que la española ENASA, fabricante de Pegaso, mantenía un acuerdo de colaboración tecnológica, supuso la puntilla para el proyecto Barreiros AEC.

Para terminar, comentar que quien esto escribe, quinceañero en el momento en que se firmó el acuerdo entre Barreiros y AEC, tuvo un contacto próximo con los autobuses fruto de dicho acuerdo debido a que su padre, que en paz descanse, trabajaba por aquel entonces en las oficinas de Garrido y Gibaja SRC, una empresa concesionaria de las líneas de viajeros que unían la madrileña glorieta de Cuatro Caminos con la Colonia de Virgen de Begoña, el pueblo de Fuencarral y el de El Goloso. Garrido y Gibaja, que tenía su sede en la calle de Lope de Haro de Madrid, cerca de Estrecho, fue nombrada distribuidora de los autobuses ACLO Barreiros o Barreiros AEC.

El lector interesado en leer más sobre la empresa Garrido y Gibaja y su relación con los autobuses Barreiros AEC no tiene más que pulsar AQUÍ.