miércoles, 7 de noviembre de 2018

UNA JOYA: EL PIERCE-ARROW DE 1919

🔴 Su gran motor de cuatro cilindros llevaba éstos fundidos a pares y tenía un cárter de una sola pieza con las culatas de los cilindros no desmontables



El Pierce Arrow de 1919 que se expone en el museo Iowa 80
MADRID ─ En uno de los numerosos cruceros que realizo por el océano de Internet en busca de las cosas más dispares, me encuentro de vez en cuando con cosas que me llaman la atención de una forma especial, aunque con frecuencia no sepa muy bien el motivo de esa atracción. Ese es el caso del camión Pierce-Arrow (la flecha de Pierce), un vehículo de 1919, al que voy a dedicar un pequeño comentario.


En realidad, Pierce-Arrow Motor Car Company (no confundir con Pierce Manufacturing) había construido su primer prototipo de camión en 1909. Iba propulsado por un motor de cuatro cilindros con transmisión por cadena. El bueno de George Norman Pierce debió quedar tan orgulloso de su obra que hasta decidió que iba a construir 100 ejemplares de la misma, pero pasado el primer arrebato de euforia, el proyecto se detuvo al analizar las cosas más fríamente y llegar a la conclusión de que había que hacer muchos cambios para que el camión fuera resistente. El modelo resultante fue el R-1 de cinco toneladas, con transmisión helicoidal, que evolucionaría en los años posteriores hasta llegar al modelo R-7, que dejaría de fabricarse en 1915. En 1913 apareció el X-2, de dos toneladas que a su vez evolucionaría hasta convertirse en el X- 3 en 1914.

A pesar de la demostrada experiencia de la compañía en la fabricación de coches de lujo, no había nada lujoso en los camiones Pierce-Arrow. Sin embargo, fueron diseñados cuidadosamente y muy bien construidos con materiales de alta calidad. Como es lógico, eso condujo a que tuvieran un buen rendimiento y una larga duración.

Su gran motor de cuatro cilindros lleva éstos fundidos a pares y tiene un cárter de una sola pieza con las culatas de los cilindros no desmontables. El arranque era manual y nuca llegó a disponer de arranque automático. La potencia llegaba a las ruedas gemelas posteriores a través de un tornillo sin fin.

Los neumáticos en realidad no eran tales, ya que eran de goma maciza. La cabina estaba construída en madera con techo de acero. También era de acero la caja de carga (volquete) cuyo sistema hidráulico de elevación iba montado inmediatamente detrás de la cabina.

Si algún lector pasa por el estado de Iowa en algún viaje por Estados Unidos puede aprovechar para ver esta joya en Iowa 80 Trucking Museum.