miércoles, 10 de diciembre de 2014

SIN NOTICIAS DE LA OTRA EPIDEMIA DE "AIRBAGS" DEFECTUOSOS

- A finales de octubre último, Audi anunciaba una revisión de 850.000 vehículos fabricados por ella que tenían problemas con sus airbags, pero éstos no habían sido suministrados por Takata, sino por Continental


850.000 Audi A4 fueron llamados a revisión a finales de
octubre para cargar en su sistema un nuevo programa
para el control de sus airbags
MADRID ─ Mientras la crisis de los airbags fabricados por la japonesa Takata continua agravándose, seguimos sin tener nuevas noticias de otra epidemia de airbags defectuosos que obligó hace cosa de mes y medio a la alemana Audi a lanzar una revisión de 850.000 de sus A4 ─en versiones berlina, familiar y allroad─ que no tiene desde luego comparación con las cifras a que se está llegando en la takatitis, pero que no es en absoluto despreciable. Debe quedar bien claro que el problema de los airbags del Audi A4 nada tiene que ver con Takata, puesto que el proveedor de los mismos había sido la también alemana Continental, compañía que en general es mucho más conocida por su actividad como fabricante de neumáticos pero que también tiene una importante división dedicada a producir componentes y sistemas para el automóvil. El problema de los airbags del Audi A4 no era que estallaran como los de Takata, sino simplemente que por un fallo en la programación del sistema que los activaba en caso de colisión, había situaciones en que pese al choque, dichos airbags no se inflaban.

De los 850.000 vehículos afectados, 250.000 habían sido vendidos en China y 150.000 en Alemania, pero Audi no facilitó datos respecto a en qué otros mercados se habían vendido los 450.000 restantes. La ausencia de una legislación que obligue en todos los países a que los datos de estas revisiones masivas sean públicos permite a los fabricantes de automóviles realizar las revisiones en secreto lo que abre la puerta a que siempre puedan albergarse dudas sobre si han sido revisados todos los vehículos que tenían que revisarse.

La primera noticia sobre los airbags controlados por un software no adecuadamente testado de los Audi A4 apareció en la revista alemana Auto Motor und Sport. En ella se hablaba de que los vehículos a los que afectaba la revisión habían sido construidos a partir de 2011 y hasta octubre de 2014. Informaciones posteriores hablaban de que eran sólo los fabricados desde 2012 hasta octubre de 2014.

¿Tiene que pasar la revisión mi coche?

Imprecisiones y ambigüedades como éstas se deben fundamentalmente a que el fabricante de los vehículos no suele estar obligado a hacer públicas estas llamadas a revisión y mucho menos los datos concretos de los vehículos afectados. Por ello, el usuario que quiere informase de si su coche es uno de los que tiene que ser revisado no tiene otra forma de averiguarlo que dirigirse al concesionario donde compró el vehículo. Allí es probable que se encuentre con que tampoco el lo saben y que le digan que no se preocupe que si su vehículo tiene que pasar revista, ya recibirá una carta del fabricante haciéndoselo saber. Obviamente, si el usuario no recibe la carta, siempre puede ser porque ésta se haya perdido en el correo, cosa poco frecuente pero sin duda posible.

En Estados Unidos, con el caso de los airbags fabricados por Takata se han registrado numerosos casos en que el concesionario no tenía ni idea del problema y no podía informar al automovilista. De hecho, el gobierno estadounidense optó hace tiempo por habilitar un sitio en Internet donde los interesados pueden introducir el VIN (número de identificación) de su vehículo para ver si es uno de los que tienen que ser revisados para cambiar sus airbags o por cualquier otro motivo.

Volviendo a los airbags del Audi A4, tampoco se ha sabido si la responsabilidad del problema es de Continental o de la propia Audi, el segundo fabricante mundial de coches de lujo. Al conocerse la noticia, la primera preocupación de ambas compañías ─al parecerlos fallos registrados en los airbags del A4 se pueden contar con los dedos de las manos y no se han producido víctimas mortales ni heridos─ fue saber cuanto iba a costar la revisión y quién iba a hacerse cargo de ella. Elmar Degenhart, director ejecutivo de Continental, avanzó que, desde luego, el coste de la broma se iba a medir en millones de euros y con dos dígitos. Pero no se ha vuelto a saber nada más al respecto.

El lector no entendido se preguntará cómo es posible que un programa pensado para controlar la activación de un airbag pueda dejar de funcionar en determinadas situaciones. Conviene aclararle que cuando se concluye cualquier programación, se elabora un juego de ensayo en el que se tratan de prever todas las situaciones posibles, para ver si el programa responde adecuadamente a todas ellas. Por desgracia, la variedad de situaciones que pueden presentarse es tan enorme que, por muchos esfuerzos que se hacen, hay veces en que se escapan una o más posibilidades, fallo que no se detecta hasta que la vida real no se encarga de ponerlo en evidencia.

La carga del nuevo programa que contempla las situaciones no previstas inicialmente lleva unos tres minutos, pero debe hacerse en el concesionario oficial.