🔸 Si no lo fue, lo sucedido en el Gran Premio de Bélgica de F1 de 2021 desde luego se aproxima bastante
MADRID ─ Desde muy joven soy aficionado al automovilismo deportivo, del que la Fórmula 1 se supone que es la máxima expresión, y por ello no me resisto a manifestar mi repulsa por la gestión que los representantes de la Federación Internacional de Automovilismo (FIA) del Gran Premio de Fórmula 1 que se debía haber disputado el 29 de agosto de 2021 en el precioso circuito belga de Spa Francorchamps en el que, dicho sea de paso, he tenido oportunidad de rodar en un par de ocasiones con esos cochecitos de aprendizaje que usan algunas escuelas de conducción deportiva.
Durante más de tres horas y con la aparente excusa de esperar a ver si mejoraba el tiempo y se contenía el diluvio que había arreciado algunos minutos antes de que comenzase la prueba, los de la FIA estuvieron retrasando la salida mientras en realidad buscaban la forma de, acogiéndose a distintos reglamentos, poder dar por celebrada la prueba de manera que ni la organización del Gran Premio ni la propia FIA pudieran verse acusadas de incumplir los compromisos adquiridos con patrocinadores, cadenas de televisión y los propios espectadores que aguantaron estoicamente todo aquello con la vana esperanza de que se disputara la carrera.
Por si algún lector aún no sabe qué solución dio la FIA a una carrera que las condiciones meteorológicas hacían imposible disputar sin graves riesgos para los pilotos y hasta puede que para los espectadores, les diremos que los coches terminaron dando tres vueltas al circuito, uno tras otro y sin poder adelantarse, siguiendo al coche de seguridad, tras lo cual la FIA adjudicó la mitad de los puntos que normalmente se habrían repartido, de acuerdo con el orden que los participantes en el Gran Premio habían alcanzado en las series de clasificación celebradas el día anterior, esto es, el sábado.
Para alguien que estuvo en la inauguración del circuito del Jarama, en el que luego vería correr al mismísimo Jim Clark, o el accidente que años después se produciría en este mismo circuito y que originaría el incendio del Ferrari de Jacky Ickx, en el que este piloto belga pudo morir abrasado, o el del Lola de Rolf Stonmelen, en Montjuich, que supondría el final del circuito catalán como escenario de grandes premios de Fórmula Uno, la forma en que la FIA ha gestionado el Gran Premio de Bélgica de 2021 es impresentable.
Si lo que ayer hizo la FIA no fue un fraude de ley, desde luego parece que estuvo muy cerca de serlo.