martes, 27 de enero de 2015

¿PRINCIPIO DEL FIN PARA TAKATA?

 Honda anuncia que la próxima generación de su modelo Accord, que se introducirá en EEUU en 2017, no llevará airbags de Takata


Todo apunta a que la siguiente generación de los Honda Accord no
llevará airbags de Takata, al menos en Norteamérica
MADRID ─ Una información difundida por Reuters el fin de semana último, se hace eco de que Honda, el fabricante japonés de turismos y motocicletas, podría haber decidido que la próxima generación de su gama Accord de turismos, que está previsto llegue a los concesionarios estadounidenses en agosto de 2017, no llevará airbags fabricados por el proveedor japonés Takata, sino por Toyoda Gasei, otro constructor nipón de estos dispositivos de seguridad, al que Honda ha encargado el suministro de airbags para conductor, airbags de cortina (lateralesy airbags para las rodillas de los Accord que vayan destinados al mercado norteamericano. Asimismo, Toyoda Gosei empezará a suministrar también airbags para los modelos CR-V y Odissey de Honda a partir de 2016.

Aunque desde Honda no se ha confirmado la noticia, si se sabe que, a finales del año pasado, esta compañía japonesa llegó a un acuerdo con la sueca Autoliv, el mayor fabricante mundial de airbags, para el suministro de 13 millones de estos dispositivos destinados a reemplazar los de Takata que ahora montan muchos de los vehículos fabricados por el constructor japonés de automóviles. Honda también ha reconocido que ha entablado conversaciones con Daicel, otro proveedor japonés de airbags de cara a posibles suministros adicionales. 

Una gestión frustrante del problema

A la vista de todos estos movimientos y aunque Honda tenga una participación del 1,2 por ciento en el capital de Takata, cabe preguntarse si no estaremos asistiendo al principio del fin de esta última, cuya gestión del problema, en opinión de muchos, no ha podido ser más desastrosa. Según recoge la referida información de Reuters, el propio Takanoko Ito, director general ejecutivo de Honda, se ha lamentado en privado de la frustración que en esta última tienen con Takata, durante muchos años miembro del círculo de proveedores preferidos por Honda.

La takatitis, como hemos dado en denominar en esta web-blog al problema detectado en algunos airbags de Takata fabricados a partir de 2008, que pueden estallar al ponerse en funcionamiento proyectando metralla sobre la cara del conductor y su acompañante, y al que se asocia la muerte de cinco personas ─seis si tenemos en cuenta que una de ellas era una mujer embarazada─ amén de varias docenas de heridos de mayor o menor gravedad, sigue sin tener un origen claro y, en consecuencia, se ha convertido en un problema que potencialmente pueden padecer unos 21 millones de vehículos fabricados por Honda y otros nueve fabricantes de automóviles, principalmente japoneses y estadounidenses.

Uno de estos últimos, General Motors (GM) ya había pedido a Takata que comparta las características de sus airbags con la mencionada Autoliv y a la estadounidense TRW Automotive, adquirida el año pasado por la alemana ZF, ante la posibilidad de que el constructor estadounidense tenga que reemplazar los airbags de algunos de sus vehículos, lo que deja claro que GM no tiene muchas intenciones de contar con Takata para reemplazar dichos airbags, aunque la medida preventiva adoptada por GM podría considerarse también como un refuerzo de suministro ante una posible necesidad de reemplazo masivo de los coloquialmente denominados airbags-bomba de Takata.