jueves, 8 de enero de 2015

¿PERO QUÉ NOS ESTÁN VENDIENDO?

 La NHTSA prevé que en 2015 se bata la marca de 63 millones de vehículos llamados a revisión en EEUU en 2014, año en que se duplicó ampliamente el anterior récord de 2004


Mark Rosekind, nuevo administrador de la
National Highway Traffic Safety Administration
MADRID ─ Mark Rosekind, que se ha hecho cargo el 22 de diciembre de 2014 del puesto de administrador de la National Highway Traffic Safety Administration (NHTSA), la agencia dependiente del Ministerio de Transportes de Estados Unidos que entiende sobre temas de seguridad, ha vaticinado que los 63 millones de coches que han sido llamados a revisión en Estados Unidos durante 2014 no serán nada en comparación con los que van a ser llamados en 2015.


Rosekind, como buen funcionario, destacó en su primera rueda de prensa que la NHTSA necesita más medios humanos y financieros, aunque la verdad es que puede que no le falte razón, a la vista de cómo van las cosas, ya que con sólo 45 personas dedicadas a examinar los posibles defectos de los automóviles capaces de provocar accidentes de tráfico, parece que no van a dar abasto si, efectivamente, se cumple su pronóstico.

Uno pensaba que el récord alcanzado en 2014 era un poco fruto de la psicosis de General Motors ─que llamó ella solita a revisión a 27 millones de vehículos─ y de la takatitis, el problema derivado de los airbags fabricados por el proveedor japonés Takata, que parece que, por motivos aún nada claros, al activarse, pueden estallar y proyectar metralla sobre la cara del conductor y el acompañante.

El número de vehículos llamados a revisión en 2014 ha sido totalmente anormal y desencadenado por un lado porque GM deseaba lavar su deteriorada imagen después de que tuviera que reconocer públicamente que había ocultado por más de una década un posible fallo en el sistema de llave de contacto de 2,6 millones de unidades de varias de sus marcas, con el Chevrolet Cobalt a la cabeza ─un fallo al que, hasta la fecha, se le achacan 42 víctimas mortales y 58 heridos─ y por otro por el asunto de los airbags de Takata, detectado hace también varios años y que afecta a 9 millones de vehículos repartidos entre una decena de marcas, con Honda y Chrysler a la cabeza, algunas de las cuales han terminado optando por ser ellas las que llamen a revisión a sus vehículos en Estados Unidos, a la vista de que Takata se niega a hacerlo en todo el país y sólo se ha mostrado dispuesta a convocar la revisión en los estados con más nivel de humedad, un problema este último al que se achacan por ahora 5 víctimas mortales.


Lavar la deteriorada imagen de la NHTSA

El nuevo administrador de la NHTSA necesita lavar la imagen de ésta, que está ahora por los suelos después de haber detectado su incapacidad para detectar antes los fallos de las llaves de contacto de los vehículos de GM, que podían quedarse con el motor parado en plena marcha anulando el funcionamiento de airbgas y frenos, y de los airbag-bomba de Takata y para ello sólo tiene dos años de margen, ya que esos son los años que le restan a Obama de mandato y es este presidente de EEUU el que ha nombrado a Mark Rosekind administrador de la NHTSA. Con un Congreso y Un Senado controlados por los republicanos, Rosekind no tiene un camino de flores ante él, desde luego.

Por eso, es previsible que en los dos años próximos, Rosekind se disponga a crujir a los fabricantes de automóviles, como varios subcomités del Senado de EEUU crujieron durante 2014 a David Friedman, su predecesor (en funciones) en el cargo. De momento, Rosekind ya ha advertido que los automovilistas se han sensibilizado mucho a la vista de lo ocurrido y han presentado 75.000 denuncias ante la NHTSA en 2014 por posibles fallos que pueden conducir a accidentes, un número de denuncias que es sensiblemente superior al de 2013.

Rosekind también ha manifestado que los 35 millones de dólares (29,7 millones de euros al cambio actual) de multa máxima que la NHTSA puede imponer a los fabricantes de automóviles ─y que impuso a GM en 2014─ son una cantidad ridícula y que ese límite debería incrementarse al menos hasta los 300 millones de dólares. ¿Una advertencia a Takata, a la que la NHTSA se la tiene jurada desde que se negó a hacer una revisión de sus airbags en todo EEUU?. Conviene subrayar que la NHTSA tiene jurisdicción sobre los fabricantes de automóviles, no sobre los proveedores de éstos. ¿Querrá Rosekind cambiar también esto último?.

Sea como sea, lo que subyace en todo este asunto es que en los últimos años, por su deseo de reducir los costes de producción, la calidad de los componentes que usan los automóviles se ha resentido mucho. El hecho de que en Europa no se hable de ello no implica que sea un problema que no nos afecte. Las marcas, cuando no les queda más remedio, hacen llamadas a revisión en secreto, avisando por carta a sus clientes para que pasen por los talleres de los concesionarios oficiales. Pero al no estar obligadas a hacerlo público, al automovilista siempre le queda la duda de si se llamará a todos los vehículos que habría que llamar, sin poder dejar de preguntarse qué le estarán vendiendo los fabricantes de automóviles.

¿Sabe el lector de alguna llamada a revisión en España de Honda o alguna de las otras marcas afectadas por los airbags-bomba de Takata?. No, ¿verdad?. ¿Es que ninguno de los modelos vendidos en nuestro país por la marca japonesa y el resto de las marcas afectadas lleva airbags de Takata?. Por que en un país con más de 3.000 kilómetros de costa seguro que hay multitud de lugares en que el nivel de humedad es muy alto tanto con temperaturas bajas como elevadas.