🔴 Lamentan que los gobiernos europeos no hayan aprendido de los errores cometidos en el pasado con este tipo de combustibles, tan negativos para la naturaleza y el precio de los alimentos básicos
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| La belleza de los cultivos de donde se extraen los biocombustibles no se corresponde con su negativo impacto sobre el entorno natural y los precios de los recursos alimenticios de las clases más desfavorecidas |
MADRID ─ El 18 de diciembre de 2017, los ministros europeos de la Energía acordaban en Bruselas que los conductores tendrán que quemar en sus vehículos cantidades masivas de biocombustibles extraídos de cultivos alimentarios de aquí a 2030. La medida es tanto más sorprendente cuando se toma sólo unos meses después de que la propia Unión Europea (UE) hubiera reconocido que los biocombustibles habían resultado un absoluto fracaso ya que sus emisiones contaminantes durante todo el proceso de producción y consumo eran superiores a las de los combustibles fósiles convencionales, amén de contribuir gravemente a la deforestación del planeta, privando a éste de una superficie arbolada vital para procesar el CO2.
La propuesta de la Presidencia estonia acordada por los ministros europeos de Energía en la fecha mencionada también incluye las siguientes disposiciones en relación con los biocombustibles: eliminación de límites más estrictos sobre el uso de alimentos y cultivos forrajeros propuesta por la Comisión (el 3,8 por ciento que se pensaba establecer en 2030 en lugar del 7 por ciento actual); y cambios en la definición de cultivos alimentarios y forrajeros que eximirían de ese límite a ciertos cultivos europeos como por ejemplo el de la colza. Los estados miembros tienen la opción de establecer un límite inferior si así lo desean. Ahora, del 16 al 18 del presente mes, será el Parlamento europeo el que se reúna para aprobar o rechazar esa política respecto a los biocombustibles.
La propuesta de la Presidencia estonia acordada por los ministros europeos de Energía en la fecha mencionada también incluye las siguientes disposiciones en relación con los biocombustibles: eliminación de límites más estrictos sobre el uso de alimentos y cultivos forrajeros propuesta por la Comisión (el 3,8 por ciento que se pensaba establecer en 2030 en lugar del 7 por ciento actual); y cambios en la definición de cultivos alimentarios y forrajeros que eximirían de ese límite a ciertos cultivos europeos como por ejemplo el de la colza. Los estados miembros tienen la opción de establecer un límite inferior si así lo desean. Ahora, del 16 al 18 del presente mes, será el Parlamento europeo el que se reúna para aprobar o rechazar esa política respecto a los biocombustibles.
Por eso, algunas organizaciones como Transport & Environment (T&E) un lobby belga que defiende un transporte limpio, y Oxfam, un grupo que lucha contra la pobreza, han hecho un llamamiento urgente al Parlamento europeo para que aborte los acuerdos alcanzados por los ministros europeos de Energía que han ignorado todas las evidencias científicas de que la mayoría de los biocombustibles agrícolas usados en Europa aumentan las emisiones y provocan la deforestación y desean prolongar por una década más el uso de estos biocombustibles tan nocivos, según manifiesta Laura Buffet, gerente de combustibles limpios de T&E.
Por su parte, el responsable de Oxfam con relación a la política de justicia económica de la UE, Marc-Olivier Herman, dijo que los gobiernos europeos están apoyando una política que solo beneficia a las empresas de biocombustibles y que atenta contra los derechos humanos y los medios de subsistencia de las personas.
La Directiva de Energías Renovables de la Unión Europea para el período 2021-2030 forma parte de un paquete legislativo que debería conducir a la UE al cumplimiento de sus compromisos en virtud del acuerdo climático de París y los objetivos de desarrollo sostenible (ODS) para 2030.
Los ministros de Energía acordaron en diciembre del año pasado reintroducir un objetivo vinculante para la energía renovable en el sector del transporte que requiere que los estados miembros de la UE alcancen el 14 por ciento para 2030 a través de los mandatos impuestos a los proveedores de combustible. Tal objetivo se alcanzaría principalmente mediante el uso de biocombustibles derivados de alimentos y piensos. Además, los ministros acordaron apoyar aún más el uso de electricidad renovable en el transporte, cuyo consumo deberá quintuplicarse en los vehículos de carretera.
Por nuestra parte, subrayar que la única electricidad renovable que tiene sentido es la procedente de las centrales hidráulicas. A los que piensen que la solución es la electricidad obtenida a partir de los turbogeneradores eólicos, les recomendamos la lectura de un artí culo que publicamos en esta web-blog el 5 de julio de 2017 con el título: La energía eólica, un superfraude absoluto.