martes, 27 de septiembre de 2022

AL AMOR DE LA VI TRONADA: CHARLAS CON MI AMIGO ANDRÉS

🔸 Estoy convencido de que, pese al elevado coste que habría tenido, la importación de la cabina del Troner para los camiones Innovator que yo construía en México, habría sido un gran éxito, dice Andrés

VI Tronada, Alcalá de Henares (10.09.2022)
MADRID ─ Me comenta mi amigo Andrés, fiel seguidor de este blog, que le había gustado mucho el artículo que publiqué hace pocos días en el mismo sobre la VI Tronada, cuya lectura le había traído muchos recuerdos. Me imagino el cabreo que se debieron llevar algunos propietarios de camiones Pegaso Troner tanto si participaban en la VI Tronada como si no, me dice Andrés indignado por la negativa de la actual gerencia de Iveco España a que los participantes en el evento entrasen en las instalaciones de la antigua Enasa Pegaso. ¡Mi querida Enasa Pegaso!, exclama Andrés.

Según avanza la conversación, le viene a la memoria a Andrés que, hará cosa de 23 años, dio una conferencia en el Instituto Universitario de Investigación del Automóvil (INSIA) que, como suele ocurrir cuando él interviene en muchas cosas, desencadenó una gran polémica.

Hablando en aquella ocasión sobre qué empresas del mundo del automóvil y, en especial, del mundo de la producción de autobuses seguirían vivas en el futuro,  Andrés pronosticó, entre otras cosas, que Irisbus desaparecería y que Scania sería comprada por otro fabricante. ¡Y se armó el pollo!, recuerda Andrés.

Ahora, Andrés está convencido de que Iveco terminará desapareciendo de España. Para mí, Iveco manejó Enasa Pegaso como si fuera un limón, es decir, estrujándolo al máximo para sacarle todo el zumo hasta dejarlo como está ahora: convertida en una cáscara reseca, dice Andrés.

Iveco ha presentado hace pocos días una furgoneta desarrollada en colaboración con la surcoreana Hyundai en el Salón de Vehículos Industriales de Hanóver ─continúa Andrés. Es un vehículo que va propulsado por una pila de combustible que usa hidrógeno líquido, y veo que, una vez más, han escogido el camino equivocado, lamenta Andrés, que me explica que él fabrica hidrógeno líquido y gaseoso, y que está poniendo surtidores de ambas cosas en su cadena estadounidense de estaciones de servicio.

Y no viene casi nadie a repostar, tan solo en algunas gasolineras de Long Beach (California) y porque los japoneses casi regalaron en su momento algunos coches de hidrógeno, se queja Andrés, que prosigue explicando que tener un contenedor criogénico lleno de hidrógeno líquido esperando que lleguen clientes es muy caro, ya que para mantenerse en estado líquido el hidrógeno necesita evaporarse. Y que se te vacíe un contenedor de 20 toneladas de hidrógeno líquido cuesta un dineral, subraya Andrés

Para Andrés, la propulsión por hidrógeno tiene futuro si se opta por la solución que él ha adoptado en sus Megatrucks, es decir, camiones híbridos propulsados por una batería y un motor eléctrico en que un motogenerador de combustión interna que quema hidrógeno y oxígeno líquidos se encarga de recargar la batería cuando esta baja de un cierto nivel de carga. Eso sí, con hidrógeno y oxígeno obtenidos con energía geotérmica, que es la que más abarata los costos de obtención de ambos productos.

Andrés insiste en que, al igual que los nuevos milennials (personas nacidas a partir de los años 80) de Iveco España no permitieron a los participantes en la VI Tronada entrar en las antiguas instalaciones de Enasa Pegaso, también están cometiendo errores garrafales que les costará la desaparición de su marca del mercado. Y no sólo en camiones; también en coches, donde Fiat va a desaparecer, como marca y como empresa, diluida entre las muchas marcas que integran el conglomerado Stellantis (Fiat, Chrysler, Dodge, Citroën, Peugeot, DS...). 

Para mi amigo Andrés y por lo que se refiere a España, la desaparición de Enasa Pegaso fue culpa de Felipe González, de directivos endiosados como Acacio Rodríguez (director general de Enasa Pegaso)  y de toda la fauna de listillos que a los españoles nos ha tocado padecer históricamente.

Mi amigo Andrés intentó sin éxito que Enasa Pegaso le vendiera
cabinas del Troner para montarlas en los camiones Innovator que
él construía y vendía en México
La conversación con Andrés regresa al Pegaso Troner, cuando mi amigo comenta que, con este modelo, Enasa Pegaso alcanzó un elevado nivel tecnológico.

Yo intenté comprar las cabinas del Troner para montarlas en los camiones que yo fabricaba en México con la marca Innovator. Y pese a que tendría que haber afrontado un sobrecoste porque pensaba enviarlas de España a México por avión, amén de pagar los aranceles mexicanos de importación, estoy convencido de que habrían sido un éxito. Pero todo se fue al garete porque Acacio Rodríguez se negó a considerar mi proyecto. Y yo tuve que fabricar la cabina para mis camiones en composite, de una sola pieza, recuerda Andrés

Si Acacio Rodríguez me hubiera vendido las cabinas del Troner, cuando desaparecieron Cabtec, la sociedad conjunta entre DAF y Enasa Pegaso que desarrolló la cabina del Troner y la de los DAF 95, y la propia Enasa Pegaso, yo habría comprado a precio de chatarra los troqueles de la cabina del Troner y me habría puesto en contacto con los proveedores de los accesorios interiores y estoy seguro que hoy esa cabina se seguiría montando en México, especula Andrés.

Le indico a mi interlocutor que el artículo sobre su intento de comprar cabinas del Troner a Enasa Pegaso es el más leído hasta la fecha de los más de 2.000 que se pueden leer en el blog MOTORSCOPIO.

La conversación retorna a la actualidad cuando mi amigo Andrés me dice: Ahora veo que Pedro Sánchez, otro socialista, está manejando España irresponsablemente, tal cual  hizo Felipe González con Enasa Pegaso.

El gobierno de Sánchez está gastando más dinero del que recauda por impuestos sin preocuparse de que el déficit público o la deuda soberana de España va a ser impagable y de la misma manera que José Luis Rodríguez Zapatero, un socialista más, hundió España con sus brotes verdes, ahora Sánchez va a hundir España de nuevo, lamenta Andrés.