viernes, 29 de diciembre de 2017

¡PIÉNSENLO ANTES DE OPTAR POR LOS VEHÍCULOS COMERCIALES HÍBRIDOS!

FleetCheck, un desarrollador británico de software para flotas, advierte del peligro de que un uso apresurado de tales vehículos pueda empeorar las emisiones contaminantes e incluso el consumo de combustible


Ford ya prueba en Londres varias unidades de su gama
Transit en colaboración con flotistas de la capital británica
MADRID ─ En medio de la fiebre anti Diesel que aqueja a los principales ayuntamientos europeos, incluyendo entre ellos a los de Madrid y Barcelona y aun a riesgo de que esta noche acudan a nuestra ventana los coros del cambio climático a cantarnos aquello de ¡Vade, retro, Satanás¡, ¡Anatema! y similares, vamos a hacernos eco de unas manifestaciones de Peter Golding, gerente de FleetCheck, un desarrollador británico de software, en las que avisa de que bascular a toda prisa de los combustibles fósiles a otros sistemas de propulsión supuestamente menos contaminantes podría tener un efecto ariete contrario al deseado, aumentando las emisiones y elevando el consumo de combustible.

Golding afirma que ya hay flotas de vehículos comerciales ligeros que han empezado a usar la propulsión híbrida y están padeciendo en sus carnes el problema apuntado en el párrafo anterior. Al tiempo que se demoniza a los motores de gasóleo, se propone la propulsión híbrida como una alternativa equivalente en cuanto a consumo de combustible pero con menores emisiones contaminantes, pero no es así, dice Golding.

Antes de lanzarse a cambiar toda la flota movida por motores Diesel por unidades de propulsión híbrida, hay que estar seguros de que es posible alcanzar esos objetivos y para ello hay que conseguir que las autoridades establezcan antes un entorno que facilite el uso de tales vehículos y estudiar muy a fondo qué uso va a darse a los mismos.

Para Golding es fundamental el tema de la autonomía en funcionamiento eléctrico puro de los híbridos. Y para ello es crucial disponer de una red de recarga de las baterías que permita que la recarga de éstas sea sencilla. Si los conductores no pueden recargar las baterías con facilidad, el consumo de combustible se verá perjudicado, señala Golding.

Primero, que los políticos cumplan sus promesas

El problema es que el establecimiento de una red de abastecimiento de la electricidad necesaria para recargar las baterías depende de las autoridades y éstas acostumbran a contar sólo la parte bonita de todas las cosas, pasando por alto e incluso ocultando la parte fea de las mismas.

También llama la atención Golding sobre el hecho de que para reducir el consumo de combustible o, como ahora se dice, elevar la eficiencia de combustible, los conductores deberán cambiar su estilo de conducción, cosa por otra parte harto difícil en un tráfico tan congestionado como el que habitualmente rodea a los conductores de vehículos de reparto en el centro de las grandes urbes.

Es probable que, para ganar en capacidad de aceleración, los conductores de los vehículos híbridos terminen por usar al mismo tiempo la propulsión eléctrica y la del motor de combustión interna y entonces, como dice Golding, ¡adiós ahorro de combustible!.

Al final, cuando las flotas que se han pasado al híbrido hagan balance, puede que se encuentren con la desagradable sorpresa de que el consumo de combustible de sus nuevos vehículos es más elevado que cuando iban propulsados por motores de combustión interna.

Si los recorridos habituales son muy largos, todo apunta a que un buen motor Diesel Euro 6 es la alternativa más responsable desde el punto de vista medioambiental, pese a lo que digan las autoridades, los ecologistas e incluso los medios de comunicación, afirma Golding.

En estos momentos, son varios los fabricantes de vehículos comerciales ligeros que preparan cadenas cinemáticas híbridas para su gama. Uno de ellos, es Ford, que recientemente anunciaba que en 2019 iniciará la producción de una cadena cinemática híbrida enchufable (PHEV) para su gama Transit que combinará un motor eléctrico abastecido por unas baterías que garanticen una autonomía de al menos 50 kilómetros sin emisiones contaminantes con un motor EcoBoost 1.0 de gasolina para ampliar dicha autonomía. Las pruebas de las primeras unidades con este tipo de propulsión se iniciaron semanas atrás en colaboración con usuarios del área de Londres.