domingo, 12 de marzo de 2023

UN CAMIÓN DE 1945 MOVIDO POR HIDRÓGENO

🔶 Estuvo en funcionamiento hasta 1951 recorriendo en ese tiempo varios miles de kilómetros por las carreteras de la provincia francesa de Maine-et-Loire sin dar problemas de importancia

MADRID ─ Como un ejemplo más de la conocida máxima de que no hay nada nuevo bajo el sol, el 20 de febrero de 2020 publicábamos en este blog un artículo en el que, entre otras cosas, se hablaba de que ya en 1979, Suzuki, el fabricante japonés de automóviles, había construido su modelo LH2 que usaba hidrógeno líquido como combustible, pero no con el sistema de pila de combustible del que tanto se habla en años recientes sino, simplemente, quemando ese gas en los cilindros de un motor de explosión, con lo que se reducía en un 60 por ciento la emisión de óxidos de nitrógeno (NOx). Pues bien, hoy vamos a hablar de otro vehículo que se construyó en 1945, 34 años antes que el LH2 de Suzuki, y que también quemaba hidrógeno. Se trataba de un camión, concretamente un Saurer.

Es sabido que la escasez de energía condujo a que durante la primera guerra mundial y hasta algunos años después de terminada la segunda, la industria del automóvil se vio obligada a buscar combustibles alternativos a la gasolina, siendo el gas de la madera y el gasógeno que lo quemaba una de las alternativas de movilidad más usadas en aquella época.

Pero otra alternativa mucho menos popular y muy poco utilizada fue la elegida por los franceses Louis Hubault y G. Dubbled (no he conseguido averiguar de qué venía esa G) usaron en 1945, transformando un camión Saurer de 1929 para que pudiera moverse quemando hidrógeno.

Entre las muchas cosas sorprendentes de este proyecto hay que señalar que para conseguir ese hidrógeno, Hubault y Dubbled se valieron de un molino de agua, una turbina de 35 caballos, un electrolizador que convertía el agua en hidrógeno y oxígeno (proceso que se conocía desde el año 1800), dos dínamos, una planta de destilación para obtener agua muy pura, dos gasómetros, uno para el oxígeno y otro para el hidrógeno, y un compresor para comprimir el hidrógeno a 350 atmósferas y guardarlo en tanques estáticos desde los cuales era luego transferido a las botellas adosadas al chasis del camión, donde se guardaba el hidrógeno a una presión de 200 atmósferas.

El molino de agua movía las dos dínamos, que eran las que generaban la electricidad con la que el electrolizador descomponía mediante electrólisis un agua muy pura en hidrógeno y oxígeno.

Cuentan los historiadores que este camión estuvo en funcionamiento hasta 1951 y que en ese tiempo recorrió varios miles de kilómetros por las carreteras de la provincia francesa de Maine-et-Loire sin dar problemas de importancia.