jueves, 16 de diciembre de 2021

MEMORABLE PRESENTACIÓN OFICIAL DEL LIBRO VIEJAS MÁQUINAS II: LA ÉPOCA ROMÁNTICA DEL TRANSPORTE

🔸 Crónica de un fin de semana en que un libro dedicado a los camiones clásicos consiguió llevar al éxtasis a un centenar de personas

Alberto F. Puerta, autor del libro VIEJAS MÁQUINAS II: La época
romántica del transporte durante la presentación oficial del mismo
MADRID ─ Por fin tuvo lugar la muy esperada presentación oficial del libro VIEJAS MÁQUINAS II: LA ÉPOCA ROMÁNTICA DEL TRANSPORTE, escrito por Alberto F. Puerta. Fue en Medina del Campo, el 11 de diciembre de 2021, en un marco incomparable: la iglesia del Hospital Simón Ruiz, un edificio del siglo XVI único en su género en España, del que el lector podrá conocer información complementaria más adelante en este artículo, después de que describamos someramente el programa complementario que los organizadores del evento habían preparado, algo que sin duda pondrá los dientes muy largos a los que no pudieron asistir a este.

Luis Alberto Garrido (de pie) actuó como maestro de ceremonias en
la presentación del segundo libro de Alberto F. Puerta
Pero centrémonos en la presentación del libro, que comenzó a las 5 de la tarde y que fue iniciada por Luis Alberto Garrido, quién comenzó agradeciendo al Ayuntamiento de Medina del Campo, en la persona de su concejala Patricia Carreño, el apoyo prestado a los organizadores de la presentación al poner a disposición de los mismos las instalaciones del Hospital Simón Ruiz.

Inmediatamente después Luis Alberto Garrido pasó a agradecer la colaboración y el apoyo incondicional de su propia esposa, Mercedes, directora del colegio Lope de Vega (fundado en 1953) de Medina del Campo.

Isidro Sánchez Presidente del Club Memoria
Agrícola La Mancha, recoge su ejemplar del
libro de Alberto F. Puerta

Acto seguido, Luis Alberto Garrido habló muy brevemente del capítulo que con el título VIEJOS GUERREROS se incluye en el libro y en el que se homenajea a todos los profesionales del transporte por carretera ya fallecidos en la persona de 40 de ellos. Garrido se emocionó especialmente cuando también dedicó el libro a su tío Eladio, un octogenario transportista de tercera generación que afortunadamente aún sigue con vida.

A continuación se estableció una  conversación telefónica con el autor de estas líneas que recordó cómo había conocido a Alberto F. Puerta allá por 1989, cuando un editor catalán convocó a ambos a una reunión en una sala de un hotel madrileño de la zona de Orense-Capitán Haya para organizar como se podían coordinar los artículos que uno y otro debían escribir para una revista que iba a salir y que se llamaría Mundo Camión. Desde el primer momento, hubo un entendimiento claro entre los dos periodistas. El autor de estas líneas también recordó como Alberto F. Puerta fue admitido rápidamente en el siempre exclusivo grupo de periodistas europeos del sector del vehículo industrial y resaltó el enorme esfuerzo que ha supuesto la elaboración de fichas técnica normalizadas de los 24 vehículos que se incluyen en el libro, dada la dificultad de recuperar ahora las características de cada uno de ellos, especialmente los más antiguos.

José Manuel Fernández (Bambino), primer prologuista del segundo libro
de Alberto F. Puerta, a quien le unen nada menos que 50 años de amistad
Intervino después José Manuel Fernández (Bambino), primer prologuista del libro, que destacó sus 50 años de amistad con Alberto F. Puerta, fundiéndose ambos en un emocionante abrazo. Siguieron las intervenciones de Javier Pedroche (director de la revista TRUCK), Pedro Gutiérrez (ex director de Transporte Mundial), ambos prologuistas del libro, Joan Garriga, director de la revista digital EN CAMIÓN,  Txetxu Calleja, probador de la revista Transporte Profesional, que cerró las intervenciones de representantes de la prensa especializada.

Alfredo Rodríguez Seoane, distinguido ingeniero de Iveco que en sus años mozos también colaboró con la revista TODO TRANSPORTE, enlazó las intervenciones de periodistas con las ingenieriles, siendo seguido en el estrado (altar en este caso) por Eloy Galván García, ingeniero industrial que dedicó su vida laboral al mundo del tractor agrícola en las empresas John Deere y Deutz y que está considerado como la máxima autoridad española en ese campo.

Javier Pedroche, director de la revista TRUCK en la que colabora
habitualmente Alberto F. Puerta

Pequeña exposición de camiones clásicos

Llegaba así el turno de los representantes de las asociaciones, comenzando por Ángel Macías, presidente de Clásicos Pesados de Castilla y León, organización que había concentrado en la Plaza Mayor de la Hispanidad de Medina del Campo (llamada así por ser la Plaza Mayor de Municipio de todos los pueblos hispanos), una docena de fantásticos camiones clásicos restaurados.

A continuación se establecieron conexiones telefónicas con Juan Antonio Estepa Rosado, presidente del Club Hispano-Suiza/Pegaso y del Club Camiones Clásicos de Sevilla; Isidro Sánchez Alcarria, presidente del Club Memoria Agrícola La Mancha; y Jesús Gallego Ramos, presidente del Club Pegaso Troner.

Alberto F. Puerta entregando un ejemplar de su segundo libro a Eloy
Galván, ingeniero industrial que está considerado como la máxima
autoridad española acerca del mundo agrícola
Hay que señalar que el Club Memoria Agrícola La Mancha ha sido coorganizador junto con la Asociación de Amigo del Camión Español (AVICAE) de la presentación oficial del libro VIEJAS MÁQUINAS II: LA ÉPOCA ROMÁNTICA DEL TRANSPORTE.

Luis Alberto Garrido tomó de nuevo la palabra para agradecer el trabajo de los colaboradores técnicos con que ha contado el libro: David Testillano, Javier Valdés, Joan Garriga, José Manuel Arroyo, Juan Carlos Pello, Manuel del Carmen, Víctor Otero, Alfredo Rodríguez Seoane y en especial a Manuel Hernández, dibujante, que subió al estrado para expresar la admiración que sentía por Alberto F. Puerta y su obra.

Llegado un momento, el rostro de Alberto F. Puerta ya no podía
ocultar la profunda emoción que le embargaba
La ronda de intervenciones fue cerrada por Baltasar Carbajosa García, de la empresa Carbajosa García Transportes.

Llegó por fin el turno del protagonista, Alberto F. Puerta que con ciertas dificultades por la emoción que le embargaba fue explicando cada capítulo de su libro, recalando finalmente en el capítulo VIEJOS GUERREROS, para de nuevo rendir homenaje a los que nos precedieron. Asimismo, el autor del libro expresó su agradecimiento a todos los presentes y en especial a la familia Garrido, a día de hoy la empresa transportista más antigua de la provincia de Valladolid, a cuyo fin invitó a subir al estrado a José María Garrido Muñoz, a quien hizo entrega de una miniatura del Pegaso 1063-A decorado con la librea que llevaban los camiones de los Garrido en los años 60, y dedicado a la memoria de su padre Augusto Garrido.

Alberto F. Puerta rindió homenaje a la familia Garrido, a día de hoy los
transportistas más antiguos de la provincia de Valladolid
Siguió Jesús Garrido Sanz, a quien se hizo entrega de otra miniatura dedicada a la memoria de Benito Garrido, padre de Jesús y de Luis Alberto.

Ángel y Roberto Garrido Garrido, quienes mantienen el nombre original del Siglo XIX Hermanos Garrido, recibieron otra miniatura dedicada a la memoria del padre de ambos, Hermelo Garrido.

Pedro Gutiérrez, exdirector de la desapare4cida revista
TRANSPORTE MUNDIAL con la que Alberto F. Puerta
colaboró durante muchísimos años, también acudió a
recoger su ejemplar del libro VIEJAS MÁQUINAS II
Alberto F. Puerta llamó entonces al propio Luis Alberto Garrido a quien hizo entrega de un ejemplar de su libro y una miniatura de un Pegaso 1064-A rotulado y serigrafiado expresamente para Luis Alberto Garrido, que los recogió profundamente emocionado.

Por su parte, Isidro Sánchez hizo entrega de unas navajas artesanas albaceteñas, serigrafiadas con el logotipo del Centenario de Eduardo Barreiros y unos trofeos Barreiros, a Isidro Garrido, Amador Miguélez, Javier Pedroche, Alberto Puerta, Luis Alberto Garrido, Pedro Gutiérrez y Jorge Palacios (la de este último recogida por Cristóbal Cañada).

Para concluir el acto, Amador Miguélez, tesorero de AVICAE entregó a cada ponente un lote de productos de la tierra vallisoletana.

Foto de grupo de algunos de los asistentes al evento junto a los
camiones clásicos que participaron en el evento
El cultural,,, y suculento programa complementario

Como habíamos avanzado el acto de presentación oficial del libro VIEJAS MÁQUINAS II: LA ÉPOCA ROMÁNTICA DEL TRANSPORTE estuvo prologado y epilogado por una serie de actividades complementarias. La primera de ellas fue la cita a las 11 de la mañana del día 11 de diciembre de 2021, en el Hotel San Roque donde mientras se concentraban los asistentes se sirvió un almuerzo a base de vino, pinchos y café.

A las 12:15 se realizó una visita guiada al Museo de las Ferias de Medina del Campo que a las 13:30 dio paso a otra visita guiada por la Plaza Mayor de la Villa, calles comerciales y Reales Carnicerías Siglo XVI (edificio histórico y único en la provincia de Valladolid), que desembocó en una exposición de camiones clásicos que se habían concentrado en la Plaza Mayor de la Hispanidad, donde también se realizó una sesión de fotos.

A las 14:30 se sirvió una comida en el restaurante del Hotel San Roque, finalizada la cual, el centenar de asistentes al evento se desplazaron al Hospital de Simón Ruiz, parte del cual aparece como fondo de la foto de apertura del capítulo dedicado en el libro a la tractora Avia 5000, para la presentación ya descrita de dicho libro.

Joan Garriga, director de la revista digital ENCAMION también acudió
a la presentación oficial del segundo libro de Alberto T. Puerta
Oficialmente, los actos terminaban a las 19 horas, pero fuentes muy bien informadas aseguran que después al menos una veintena de personas se dirigieron nuevamente al Hotel San Roque 
donde tras meterse un digestivo entre pecho y espalda, cenaron hacia las 22 horas, brindando por Eduardo Barreiros con un Familia Comenge (viñedos propiedad de la familia Barreiros) que había enviado a los organizadores del evento Mariluz Barreiros, que por motivos familiares no pudo asistir al acto.

Al día siguiente, algunos de los participantes en el evento pudieron disfrutar de una visita guiada por la cercana e histórica población de Alaejos. Posteriormente y de nuevo en el Hotel San Roque se degustó un asado de lechazo castellano tras lo cual se dio por finalizado un fin de semana inolvidable como ya había avanzado horas antes el propio autor del libro al concluir la presentación del mismo, diciendo: Este será uno de los días que recordaré mientras viva.

A destacar que, en todo momento, los organizadores de esta convocatoria cumplieron  estrictamente el protocolo COVID (gel, mascarillas, sillas separadas en la sala y mesas de 8 personas en el restaurante).

El Hospital de la Purísima Concepción y San Diego de Alcalá (o de Simón Ruiz)

No podemos cerrar este extenso artículo sin dedicar unos párrafos al edificio en que Alberto F. Puerta presentó su segundo libro de la colección VIEJAS MÁQUINAS. 

Hospital de Simón Ruiz, en Medina del Campo (Valladolid)
De acuerdo con la información expuesta en su página web por la Fundación del Museo de las Ferias, el hospital de la Purísima Concepción y San Diego de Alcalá, declarado Bien de Interés Cultural en 1991, fue levantado con el patrocinio del rico mercader Simón Ruiz y es una de las huellas más señeras del pasado histórico de Medina del Campo. Concebido desde su construcción como general de la villa, se unificaron en él los pequeños hospitales-albergues de carácter cofradiero o parroquial con que contaba por entonces Medina (tan sólo el de Barrientos quedó exento de dicha reunificación).

Espléndidamente dotado por su fundador, su fábrica responde al tipo simplificado de hospital generalizado ya en tiempos de los Reyes Católicos. Traza el imponente edificio el jesuita Juan de Tolosa en torno a un amplísimo claustro cuadrado porticado de dos alturas, compuesto por gruesos pilares de sección cuadrada y galerías de arcos de medio punto que se cubren con bóvedas de arista; en las crujías se disponen las numerosas dependencias y estancias hospitalarias: celdas para enfermos, corredores, galerías de paseo hacia la huerta y jardín,… y, hacia el este, una hermosa iglesia-capilla; asimismo se destina la parte posterior a cementerio con pequeño oratorio. Las obras se llevaron a cabo entre 1593 y 1619 modificándose las trazas originales en 1597 para ahorrar unos gastos que llegaron a ser desorbitados. Participan en la ejecución, entre otros, los segovianos Andrés, Francisco y Antonio López y los maestros canteros Juan del Barrio y Juan de Nates.

Frente a una espaciosa lonja se alza la fachada principal, trazada desde los principios de la simetría, predominio de la horizontalidad y total ausencia de decoración; acusa la influencia herreriana sobre todo en los cuerpos laterales; las portadas de acceso al conjunto hospitalario y a la capilla son de piedra y adinteladas, muestran las armas de Simón Ruiz y están rematadas con un tímpano triangular con bolas sobre pedestales en los vértices; en la de la capilla, hay una hornacina con la escultura de la Inmaculada Concepción.

La capilla del hospital sigue el modelo que hemos visto en Santiago (recordemos que es proyectada por un jesuita), con planta de cruz latina y capillas laterales intercomunicadas entre los contrafuertes, sobre las cuales se alzan tribunas; la nave y la sacristía se cubren con bóveda de cañón, las capillas con bóvedas de arista y el crucero con cúpula vaída, apareciendo en todo momento decoración de placas y puntas de diamante; sus pequeñas proporciones y la rapidez con que se construyó el recinto propiciaron la formación de un espacio muy homogéneo sin el concurso de intervenciones posteriores extrañas al plan original.

Sección de la Iglesia del Hospital de Simón Ruiz,
en Medina del Campo (Valladolid)
La capilla mayor está presidida por un retablo en el que intervienen el ensamblador Juan de Ávila y los afamados escultores Pedro de la Cuadra y Francisco Rincón; se realiza a partir de 1597 y consta de dos cuerpos con coronamiento organizados en tres calles con relieves dedicados a San Diego de Alcalá, San Martín y el pobre, Niño Jesús, la Inmaculada y el Calvario; en la predela y la base del ático se hallan relieves con las Virtudes, los Evangelistas y los Doctores de la Iglesia. A ambos lados se abren nichos: en el lado del Evangelio, se encontraban las estatuas orantes en alabastro de Simón Ruiz y sus dos esposas (actualmente trasladadas al Museo de las Ferias), obras de Pedro de la Cuadra y del mismo tiempo que el retablo; en el de la Epístola, las esculturas de dos santos trinitarios procedentes (junto con el lienzo de San Juan de Mata de una de las capillas) del cercano y desaparecido convento de la Trinidad, y la extraordinaria estatua orante de Fray Lope de Barrientos procedente de la capilla del hospital de este nombre, aquí traída tras el intento de expolio que sufrió en 1902; realizada antes de 1454, es un auténtico retrato en alabastro de dicho obispo y está considerada como el caso más antiguo de escultura orante en piedra del arte español (actualmente se expone de manera permanente en el Museo de las Ferias)

En los testeros del crucero y en sus marcos originales se hallaban dos grandes retratos (actualmente en el Museo de las Ferias) que representan de cuerpo entero al fundador y a su segunda esposa Mariana Paz de Miranda, lienzos atribuidos a Juan Pantoja de la Cruz. También en este espacio hay dos retablos colaterales del siglo XVIII de poco interés, en cuyos cuerpos principales se rinde culto, respectivamente, a la Virgen de la medalla milagrosa y al grupo de San José y el Niño (h.1600) de buena factura; en los áticos hay lienzos con copias de los personajes de la Anunciación de Allori. En la primera capilla del lado del Evangelio puede admirarse un Crucificado gótico, muy tosco, del siglo XIV, flanqueado provisionalmente por la Virgen y San Juan, esculturas de fines del siglo XVI; en la primera del lado de la Epístola una excelente escultura de la Piedad (h.1500), cercana a la producción del Maestro de San Pablo de la Moraleja y titular del retablo del hospital del mismo nombre, fundado por el obispo Barrientos en el siglo XV (actualmente depositada en la Fundación Museo de las Ferias); en la siguiente capilla, estaba una Virgen con el Niño del último gótico, titulada de la Esperanza o de las Nieves, procedente de su capilla instalada en el arco de Salamanca, derribado en 1874 y hoy expuesta en el Museo de las Ferias. Separa el crucero de la nave una excelente reja de estilo herreriano, realizada por García y Matías Ruiz a partir de 1599 y policromada quince años después; contiene el escudo del fundador y un hermoso Calvario.

De la antigua farmacia del hospital se conservan 103 botes en cerámica de Talavera, esponjillados en azul cobalto que actualmente están depositados en la Fundación Museo de las Ferias.

Datos tomados del libro de Sánchez del Barrio, A., Medina del Campo, la Villa de las Ferias. Salamanca, Ámbito Ed., 1996