lunes, 3 de octubre de 2016

¡DEL POZO A LA RUEDA!, ¡DEL POZO A LA RUEDA!

Amnistía Internacional arremete contra los coches eléctricos que tanto gustan a los ecologistas y les recuerda que hay niños de 7 años trabajando en las minas de cobalto de la República Democrática del Congo para que se puedan construir las baterías que usan aquéllos



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MADRID ─ La presente edición del Salón del Automóvil de París está siendo una especie de loa a los coches eléctricos como si éstos fueran a solucionar todos los males del mundo ─bastante si sirven para solucionar los problemas de Volkswagen con su dieselgate─ olvidando por enésima vez que la contaminación y otros efectos nocivos de estos vehículos no deben valorarse midiendo lo que sale por sus tubos de escape, si es que aún los llevan, sino, como se conoce en términos técnicos del pozo a la rueda, es decir, desde el origen de todos los elementos que hacen falta para construirlos hasta que el vehículo sale de fábrica listo para ser entregado a su comprador. Nosotros lo hemos dicho muchas veces, aunque esté feo citarse a uno mismo, pero esta vez ha sido Amnistía Internacional (AI) la que ha recordado que los vehículos eléctricos ocultan cosas muy feas con las que habría que terminar.

En efecto, justo el día antes de que el Salón de París abriese al público, AI emitió un comunicado en el que recordaba a todos los fabricantes de vehículos eléctricos que muchos de ellos están contribuyendo indirectamente a no sólo mantener, sino incluso fomentar el trabajo de los niños en la minería, citando concretamente que en las minas de cobalto de la República Democrática del Congo trabajan niños con sólo 7 años de edad.

El cobalto, recuerda AI, es un metal clave en la construcción de muchos de los paquetes de baterías de litio iónico, y un 20 por ciento de su extracción se hace a mano, con unos horarios abusivos y en unas condiciones de salubridad prácticamente inexistentes, a cambio de un salario que no alcanza ni siquiera un euro al día. AI asegura que sólo entre septiembre de 2014 y diciembre de 2015 murieron 80 trabajadores en las minas subterráneas de la República Democrática del Congo.

AI asegura disponer de documentación que demuestra que el cobalto extraído de la República Democrática del Congo es comprado por Zhejian Huayou Cobalt, una compañía china que abastece de ese metal a fabricantes chinos y surcoreanos de componentes como Samsung SDI o LG Chem, que luego venden esas baterías de litio iónico a diversos fabricantes de automóviles.

La primera de éstas dos compañías, indican desde AI, suministra baterías con cobalto procedente de la República Democrática del Congo a BMW para sus modelos i3 e i8 y a Fiat para sus 500e. La segunda provee de baterías a Chevrolet (Volt), Renault (ZOE y Twizzy), y a Tesla Motors.

Además, en su informe anual, AI señala también otras marcas como las alemanas Daimler y Volkswagen y la china BYD como posibles utilizadores de baterías de litio iónico que llevan cobalto procedente de la República Democrática del Congo.

El problema que subraya AI no es más que uno  de los muchos que ecologistas y amantes de las subvenciones con dinero  del contribuyente tratan de ocultar por todos los medios. Los lectores que deseen ahondar en la materia pueden encontrar mucha más información en libros como Green Illusions, The Dirty Secrets of Clean Energy and the Future of Environmentalism, de Ozzie Zehner, disponible también como ebook, y el mucho más modesto pero en español La Cara Oculta de los Combustibles Alternativos, de este servidor.