viernes, 29 de abril de 2016

DEL "CONVOLUTO" DE GUIDO BRUNNER A LAS PRESENTACIONES EN POWERPOINT DE VOLKSWAGEN

► El fabricante alemán de automóviles preparó presentaciones en PowerPoint sobre el funcionamiento del software para falsear las emisiones contaminantes de sus motores Diesel

Actualizado el 30.04.2016, a las 14:15


Recomendamos al grupo VW que distribuya carteles como
éste por los pasillos y despachos de Wolfsburg
MADRID ─ ¿Se acuerdan de Guido Brunner, el que fuera embajador de Alemania en España entre 1987 y 1992?. Sí, aquél que guardaba en su despacho convolutos como uno que en su interior llevaba un cheque de Seat por 150 millones de pesetas, contenido que él siempre negó conocer, alegando que se le había entregado en depósito. Brunner se vió también relacionado con el tráfico de comisiones en el proyecto del AVE entre Madrid y Sevilla, algunas de las cuales, Siemens, compañía rival de la francesa Alstom en aquel megaproyecto, llegó a anotar en su contabilidad. ¿Les sorprende que se hicieran tales anotaciones?. Era lógico, ya que entonces la legislación alemana lo permitía. Lo sorprendente es en realidad esto último. Pero los alemanes no dejan de sorprendernos.

Ahora resulta que, según el  diario New York Times, un alto ejecutivo del área técnica de Volkswagen (VW) preparó en 2006 una presentación en PowerPoint explicando cómo funcionaba el software que permitiría falsear las emisiones contaminantes de sus motores Diesel cuando éstos fueran sometidos a control en los laboratorios.

Desde esta web-blog ya hemos subrayado en varias oportunidades la muy deficiente manera en que el grupo alemán ha venido gestionando desde el primer momento todo el escándalo de las emisiones de sus motores Diesel. Sin embargo, parece que en Wolfsburg han tardado bastante en darse cuenta de ello... o quizá en admitirlo. Y como prueba de esa admisión postrera, ahí tenemos los rumores que hablan de la posible contratación por el grupo alemán de la consultora estadounidense McKinsey para que les ayude a gestionar la crisis. ¡A buenas horas!.

Hay quien piensa que en todas las actuaciones de VW relacionadas con el asunto del falseo de emisiones desde que el escándalo saltó a los medios de información en la primera quincena de septiembre del año pasado, se aprecia una fuerte dosis de prepotencia. Sin ir más lejos, hace apenas unos días que, tras llegar a un acuerdo con la Agencia Federal para la Protección del Medio Ambiente en Estados Unidos (EPA), los de Wolfsburg han tenido que duplicar la provisión de fondos que inicialmente habían hecho para afrontar las sanciones e indemnizaciones que pueden lloverles a raíz del escándalo, elevando dicha provisión a 16.200 millones de euros.

Semejante falta de cálculo sólo puede ser explicada ─al menos en nuestra opinión─ por una prepotencia de tal magnitud que impedía que en Wolfsburg se vieran las dimensiones reales del problema; hay quien incluso habla ya de incompetencia (Bloomberg). Y eso que VW parece firme en su intención de no indemnizar más que a los automovilistas estadounidenses afectados por el fraude, rechazando las reclamaciones que, por ejemplo, el gobierno británico ha hecho de un trato similar para los automovilistas de Su Nonagenaria Majestad.

Un sistema que nació en Audi

Para los que aún no lo sepan, diremos que el sistema para falsear los controles de emisiones fue diseñado por Audi en 1999, aunque parece que esta división del grupo alemán no lo utilizó en un primer momento. Pero el sistema continuó desarrollándose y terminó por instalarse en los motores de 11 millones de unidades de VW, Porsche, Audi, Skoda y Seat. Fue la imposibilidad de reducir las emisiones de óxidos de nitrógeno (NOx) a los niveles exigidos por las normas estadounidenses EPA-2010 y las europeas Euro 6, la que decidió al grupo alemán a dar el terrible paso de instalar en sus motores Diesel el sistema que falseaba dichas emisiones al detectar que el vehículo estaba siendo sometido a controles en un laboratorio. Si los alemanes dispusieran del saber popular recogido en el refranero español, podrían haber evitado ese error, pues como todos nosotros sabemos antes se coge a un mentiroso que a un cojo

Al destaparse el escándalo, en Wolfsburg no han podido evitar que se iniciasen averiguaciones y, tirando del hilito, según explica el New York Times en el artículo citado al principio de este comentario, resulta que hay dos personas en Wolfsburg que vieron una presentación gráfica en la que se explicaba cómo funcionaba y cómo había ido evolucionando el fraudulento sistema de falseo de emisiones a lo largo del tiempo. Dos personas que, naturalmente, prefieren permanecer en el anonimato por la que se les puede venir encima.
VW acaba de anunciar que, tras la camioneta Amarok, serán
los Golf los siguientes modelos en que se solucionará el
problema del software fraudulento, en lugar de los Passat,
como se había previsto inicialmente
Obviamente, la existencia de la mencionada presentación en PowerPoint hace imposible creer la tesis de que los directivos del grupo alemán desconocían que los motores VW TDI contaminaban mucho más de lo debido y que no supieran que se estaba montando el software falseador en dichos motores.

Otro detalle de desbordante prepotencia parece el hecho de que aunque las autoridades estadounidenses empezaran en 2014 a preguntar al grupo alemán sobre la posibilidad de que sus motores Diesel emitieran más óxidos de nitrógeno de los autorizados, en Wolfsburg continuaran utilizando el sistema fraudulento durante casi un año más.

Sólo una directiva embriagada por un éxito continuado pudo rechazar ─como aseguran las dos personas cuyo anonimato mantiene el New York Times─ las soluciones técnicas sugeridas por algunos ingenieros para adaptar de verdad las emisiones contaminantes de los motores VW TDI a los niveles establecidos en las normativas legales. ¡Eran muy caras! ─¿Y quién nos va a pillar a nosotros con lo listos y guapos que somos?, añadimos nosotros.

Puede que si en vez de estar el hoy dimitido Martin Winterkor al frente de la directiva de VW hubiera sido Guido Brunner, éste no habría caído en el error de autorizar la instalación del software fraudulento en los motores TDI. Nacido en 1930 en el barrio madrileño de Chamberí, hijo de española y alemán, estamos seguros de que Brunner, aunque luego hubiera pasado muchos años fuera de España, dominaba a la perfección nuestro refranero.