lunes, 20 de julio de 2015

¿BUSCANDO UN SITIO DONDE COLOCARSE TRAS PERDER LAS ELECCIONES?



El gobierno reparte diezmos y primicias por la industria del automóvil y otros grandes sectores afines


Begoña Cristeto, secretartia general de Industria y Energía, y
Mario Armero, vicepresidente ejecutivo de ANFAC, durante la
jornada sobre el Vehículos de energía alternativa 
MADRID ─ La reciente lluvia de dádivas que el gobierno ha anunciado para la industria del automóvil y otras relacionadas con ellas podría enmarcarse en principio en el conjunto de medidas y pseudomedidas con las que el presidente del gobierno, Mariano Rajoy, pretende reconducir su desastrosa gestión de la presente legislatura en un intento desesperado de recuperar el electorado perdido de aquí a final de año, que es cuando parece que se convocarán finalmente las siguientes elecciones.Un intento, añadiríamos nosotros, también inútil, salvo, según parece, para el propio Rajoy. Pero ese maná de ayudas de última hora, puede que tenga otras motivaciones adicionales...

En efecto, cabría interpretarlo también como una muestra del convencimiento a que han llegado los miembros de la administración Rajoy, de que el desastre final es inevitable y por ello, lo más prudente es subvencionar aquí y allá ─siempre a costa del bolsillo de los españoles, naturalmente─ tratando de sembrar ahora que pueden para recoger al final de la legislatura algún puesto relevante en las grandes compañías españolas.

El movimiento gubernamental comenzó el día 9 de este mes con una jornada en el Ministerio de Industria, Energía y Turismo en la que se presentaban las líneas generales de la política gubernamental en materia de vehículos de energías alternativas (VEA), la cual, con la excusa de que en España se fabrican en la actualidad 5 modelos de vehículos eléctricos y ocho de propulsión a gas, cuya penetración en el mercado sigue siendo muy baja, pretende potenciar iniciativas que permitan aumentar aquella penetración, pues sin un mercado local fuerte es difícil la asignación de proyectos industriales

Naturalmente, el anuncio gubernamental ha sido acogido con gran satisfacción por los lobbies de la industria del automóvil que, una vez más, no han sabido evitar los habituales tópicos de la movilidad eficiente y sostenible o la ya apestosa coletilla de la renovación del parque.

Evidentemente, en el Ministerio de Industria, Energía y Comercio siguen sin enterarse de que la baja cuota de mercado de vehículos eléctricos o impulsados por biocombustibles se debe fundamentalmente a que el usuario los rechaza porque, especialmente en el caso de los primeros, no son operativos para el uso cotidiano. Basta con echar un vistazo a lo que ha sucedido en el mercado norteamericano a raíz del decidido apoyo al fracking,  con un derrumbe de las ventas de coches eléctricos e incluso híbridos, para darse cuenta de que la única alternativa viable en este momento a la gasolina y el gasóleo es el gas natural.

Vocación de ombligo mundial

Pero nada, seguimos empeñados en ser el ombligo del mundo, manteniendo empecinadamente políticas que en otros sitios donde el sentido común parece más imbuido hace tiempo que vienen siendo dadas de lado. Obviamente, la industria del automóvil y la energía acogerá siempre con alegría todo lo que venga a subvencionar su actividad, mientras nuestras autoridades siguen sin enterarse tampoco de que establecer ayudas y subvenciones es muy fácil y que lo difícil es quitarlas, como se ha puesto en evidencia con los planes PIVE.

Una industria del automóvil que, por cierto y según recoge la recientemente publicada memoria de ANFAC del ejercicio 2014, facturó 47.228 millones de euros en 2014, un 14,4% más que en el ejercicio previo.

Sólo un día después de que se celebrara la referida Jornada del VEA, el consejo de ministros aprobaba una rebaja fiscal sobre el IRPF para los vehículos eficientes que las empresas dan en uso a sus empleados, que podría afectar a más de 100.000 unidades este mismo año, pues será operativa con carácter retoriactivo desde el 1 de enero de 2015. La reducción propuesta sobre la renta en especie varía de un 15% hasta un 30%, en función de las características medioambientales del vehículo, según el cuadro descriptivo siguiente: 
Rebaja fiscal sobre el IRPF anunciada por el gobierno para los
vehículos eficientes que las empresas dan en uso a sus
empleados (FUENTE: ANFAC) 

El motivo que desde el gobierno se da para justificar esta medida es que las empresas, uno de los canales donde se prevén importantes crecimientos en el próximo 
año debido a la mejora económica y al mayor acceso a la financiación, son muy sensibles a las modificaciones fiscales, por lo que esta rebaja sobre el IRPF tendrá un impacto muy positivo en este canal, que hoy en día representa un 25 por ciento del mercado de compra de coches en España, y ayudará a la renovación de las flotas de empresas, incorporando a nuestro parque vehículos con más tecnología y medioambientalmente mucho más eficientes.

Sorprende bastante que cuando ya en el primer semestre del presente año el canal de empresas ha experimentado un importante incremento ─sólo en el mes de junio, creció un 43 por ciento respecto al mes de junio del año pasado y cuando, además, el propio gobierno reconoce que en 2016 dicho canal continuará su evolución favorable, se decida subvencionar las ventas por el canal de empresas... ¡como si no hubiera sectores de actividad mucho más necesitados de ayuda!.

Plan MOVEA

Como parte de las Estrategias de Impulso del Vehículo con Energías Alternativas (VEA) en España durante el período 2014-2020, presentadas, como se ha dicho en la jornada organizada por el Ministerio de Industria, Energía y Turismo, éste ha anunciado que combinará el ya conocido Movele de incentivos a la compra de coches eléctricos con el PIMA Aire de incentivos a la renovación del parque de vehículos comerciales en un nuevo programa de ayudas denominado MOVEA, que incluirá a todos los vehículos con energías alternativas. 

Supuestamente se pretende que España no pierda el tren del vehículo ecológico, de emisiones cero. Más le valdría al gobierno preocuparse de no perder otros trenes, como los AVE que llegan con más de 30 minutos de retraso a destino por lo que Renfe se ve obligada a devolver el importe de los billetes a todos los pasajeros de los mismos.

Parece que el MOVEA entrará en vigor cuando hubiera debido hacerlo la quinta edición del Plan PIMA Aire, reuniendo en sólo una las ayudas a la compra para los vehículos movidos por energía eléctrica, biocombustibles, Gas Licuado del Petróleo (GLP) o  Autogas, Gas Natural Vehicular (GNV) e hidrógeno. Conviene recordar que la cuarta edición del Plan PIMA Aire ya incluía ayudas para los vehículos comerciales movidos con gas. 

El Plan MOVEA llega sólo tres meses después de la entrada en vigor del último MOVELE (Programa de Movilidad Eléctrica) de subvenciones directas para la compra de este tipo de vehículos, dotado con 7 millones de euros. Desde el gobierno se asegura que los planes MOVELE, iniciados en 2011 han favorecido la compra de 10.000 
vehículos eléctricos, a costa de los impuestos de todos los españoles, algo que conviene no olvidar.

Facilitar nuevas inversiones

Desde ANFAC se señala que, al ser España uno de los pocos países europeos que fabrica múltiples vehículos con energías alternativas ─algo que debería dar que pensar─ el VEA puede ser un atractivo para nuevas inversiones en este terreno que den más carga de trabajo a nuestras factorías de este tipo de vehículos, algo por demás bastante difícil cuando como ya hemos indicado en líneas previas, las ventas mundiales de vehículos eléctricos e incluso de híbridos tienden a la baja.

En la actualidad de las plantas españolas salen cinco modelos eléctricos puros y ocho 
de propulsión a gas, aunque sus ventas permanecen en el intervalo entre bajas y bajísimas. Por ello, sigue siendo necesario, como principal país productor, incentivar la compra de este tipo de vehículos para aumentar su penetración en el mercado para que resulte fácil la asignación de nuevos proyectos industriales, argumentan desde ANFAC. 

Sentimos discrepar de esta asociación, ya que conseguir nuevas inversiones en la industria del automóvil nunca ha sido ni será fácil... salvo que para lograrlo se entregue un aeropuerto que costó 450 millones de euros a cambio de sólo 10.000.

Es natural que marcas como Nissan, que fabrica en España la versión eléctrica de su furgoneta NV200, la cual podría convertirse en el estándar de taxi en ciudades como Barcelona, se hayan mostrado muy satisfechas por el anuncio del MOVEA. La Alianza Renault-Nissan ha anunciado recientemente haber alcanzado unas ventas de 250.000 vehículos eléctricos en todo el mundo, sólo una cuarta parte del millón de unidades que se habían marcado como objetivo mundial para 2016.

Tampoco el otro socio de la Alianza, la francesa Renault, puede presumir demasiado de sus éxitos en el campo de los vehículos eléctricos. El Twizy que fabrica en Valladolid no ha alcanzado ni con mucho las ventas previstas antes de su lanzamiento. Eso sí, la asignación del proyecto a la factoría pucelana hizo que la Junta de Castilla y León dejase sin ayudas a proyectos de pequeñas empresas para concentrar esos fondos en una subvención a dicha planta.
¿No habría sido más lógico concentrar las ayudas en una
sola tecnología, como la del Gas Natural Vehicular, que es
la que en este momento aparece con un futuro más claro?

En fin, que la lógica industrial de las estrategias que ahora ha anunciado el Ministerio de Industria, Energía y Turismo es más que dudosa, y nosotros creemos que sería más sensato que el coste asociado a las mismas se concentrase en un sólo frente, el gas natural vehicular, en sus diferentes presentaciones (GNC y GNL), que es por el momento la única alternativa viable a la gasolina y el gasóleo.

Unas estrategias como las anunciadas por el Ministerio de Industria, Energía y Turismo sólo pueden pretender contentar a todos los sectores implicados y eso, en la realidad industrial y financiera, suele ser imposible. Claro que, como indicamos en el titular de este comentario, no se trate en realidad de poner en práctica una política industrial orientada al desarrollo, sino de otra cosa.