lunes, 9 de octubre de 2023

EUROPA: CRECE UN 54% LA ESCASEZ DE CONDUCTORES DE AUTOBUSES Y AUTOCARES

🔸 Más del 80 por ciento de las empresas de autobuses y autocares ya afrontan graves dificultades para encontrarlos🔸 Se prevé que los 105.000 que ahora faltan se conviertan en 275.000 en el plazo de cinco años

MADRID ─ La escasez de conductores de autobuses y autocares está aumentando en Europa. Actualmente hay 105.000 puestos vacantes en el Viejo Continente, el 10 por ciento de la población total de conductores profesionales. Se trata de un aumento del 54 por ciento desde 2022, lo que afecta a millones de usuarios de estos servicios. La Unión Internacional de Transporte por Carretera (IRU) publicará a finales de este mes un estudio sobre la escasez de conductores de para este tipo de vehículos en el que prevé que la situación empeore mucho en los próximos cinco años si no se toman medidas significativas.

En el estudio en cuestión la IRU señala que el crecimiento del sector de autobuses y autocares con posterioridad a la pandemia ha hecho crecer la demanda de conductores y más del 80 por ciento de los operadores tienen hoy dificultades graves, o muy graves, para cubrir puestos de trabajo. El problema es especialmente preocupante en el caso de los autobuses regionales, los de larga distancia regular y los de discrecional.

El secretario general de la IRU, Umberto de Pretto, admite que algunos servicios ya se han tenido que dejar de prestar por falta de conductores. La escasez de conductores de autobuses y autocares ha aumentado un 54 por ciento desde 2022, pero lo que es aún más preocupante es la baja tasa de jóvenes que acceden a la profesión en comparación con la alta tasa de conductores mayores que se jubilan, añadió de Pretto.

Perspectiva a cinco años

En el estudio comentado, la IRU prevé que la escasez de conductores de autobuses y autocares en Europa se duplicará con creces de aquí a 2028 ya que más de 1,2 millones de conductores de autobuses y autocares se jubilarán en los próximos cinco a diez años, mientras que la tasa de recién llegados será significativamente menor.

Sin medidas para atraer y retener a los conductores, Europa podría tener más de 275.000 puestos vacantes para conductores de autobuses y autocares de aquí a 2028.

Sólo el 16 por ciento de los conductores de autobuses y autocares son mujeres, cifra por debajo de la media de la industria del transporte (22%) y de la población activa (46%).

La profesión también tiene una población que envejece. Menos del 3 por ciento de los conductores de autobuses y autocares en Europa tienen menos de 25 años, mientras que más del 40 por ciento tienen más de 55 años.

La profesión de conductor de autobús y autocar ofrece una oportunidad para reducir el desempleo juvenil y al mismo tiempo aumentar el número de trabajadores esenciales. Los gobiernos y la industria deben trabajar juntos para desactivar esta bomba de tiempo demográfica, subrayó de Pretto.

Facilitar el acceso a la profesión

En muchos países europeos, la edad mínima para conducir en el transporte de pasajeros está entre 21 y 24 años. La brecha entre la escuela y la rueda es una barrera clave para atraer nuevos conductores. La edad mínima para conducir debería reducirse en cada país sin restricciones de distancia, como el límite de 50 km.

Convertirse en conductor también es caro debido a los elevados costes del carnet, la formación y el seguro. Por ejemplo, en Alemania, obtener el carnet cuesta un promedio de 9.000 euros, más de cuatro veces el salario mínimo mensual.

Los legisladores deberían facilitar, no bloquear, el acceso a una profesión que es un servicio esencial para millones de ciudadanos europeos, afirmó Umberto de Pretto.

Conductores de terceros países

Europa tiene una población que envejece y una reserva de mano de obra que puede no ser suficiente para cubrir la brecha de conductores.

Los países con un excedente de conductores profesionales también podrían ayudar a cubrir la brecha. Actualmente, sólo el 5 por ciento de los conductores de autobuses y autocares de la Unión Europea son nacionales de terceros países.

Según la IRU, debe facilitarse el acceso de los conductores cualificados de terceros países a la profesión en Europa.