jueves, 22 de diciembre de 2022

CUANDO MI AMIGO ANDRÉS QUISO CONVERTIRSE EN ACCIONISTA DE LAND ROVER SANTANA

🔶 Una presunta estafa bancaria dio al traste con aquella operación con la que pretendía comenzar a poner en orden el funcionamiento de la compañía de Linares

Land Rover Santana 109
MADRID ─ Desde California, me felicita las Navidades mi amigo Andrés y aprovecha para señalarme, con toda la razón, que en un muy reciente artículo publicado en este blog con el título ORTO Y OCASO DE LAND ROVER SANTANA, haya dado yo por supuesto que todo el mundo es aficionado a la astronomía. Efectivamente, es generalmente sabido que el ocaso es el momento en que un objeto celeste se oculta tras el horizonte, pero no lo es tanto que el orto es el momento en que un objeto celeste aparece por el horizonte. Así que ORTO Y OCASO DE LAND ROVER SANTANA se refiere al nacimiento y cierre de dicha compañía. Mi amigo Andrés aprovecha también para confesarme que el artículo en cuestión le ha recordado algo que tenía totalmente olvidado: su frustrado intento de entrar en el capital de Land Rover Santana.

Para conocer qué pasó comenzaremos por remontarnos a los años 1978-1979 en que Andrés tenía depositados unos ahorros en el entonces solo BANCO DE BILBAO (aún no había absorbido el banco de Vizcaya ni Argentaria, la antigua Caja Postal de Ahorros que darían lugar al acrónimo actual BBVA) en una sucursal que estaba en Madrid, en el mismo edificio del EUROBUILDING.

En aquella época a  mí me gustaban el Land Rover Santana de 109 pulgadas y el modelo 1300 de cabina adelantada que sacarían después, me comenta Andrés. 

En la prensa ya se hablaba desde hacía tiempo que la fábrica de Linares tenía serios problemas por el absentismo de los trabajadores, especialmente en la época de recogida de la aceituna, y el tremendo impacto que ello tenía en la producción. Ese absentismo alcanzó niveles elevadísimos a raíz de la llegada al poder del PSOE en 1982, lo que hizo crecerse a los sindicatos, particularmente a UGT, favoreciendo que el absentismo alcanzase niveles exageradísimos.

Andrés recuerda que él pensaba entonces que, con una buena dirección en Land Rover Santana, este tipo de cosas no pasarían. Recuerdo haber mandado varias cartas a Linares, cartas a las que todavía estoy esperando una respuesta, me indica Andrés.

Con esa idea in mente, Andrés empezó a acariciar la idea de invertir unos ahorritos que tenía en la compra de acciones de METALURGICA DE SANTA ANA para así, ya como pequeño accionista, poder asistir a las Juntas Generales de Accionistas y, por lo menos analizar desde dentro cómo estaba el panorama, ver la catadura de los directivos y, en su momento, dar algún que otro capón a los directivos de la compañía.

En un momento en que la cotización de las acciones de la compañía había bajado ya de los 50 enteros (cada entero o punto era el valor original de la acción: 5 pesetas) es decir, que cuando la cotización estaba ya en 40 enteros (200 pesetas) por acción, Andrés dio orden a su ejecutivo de cuenta en aquella sucursal del BANCO DE BILBAO en el edificio EUROBUILDING, de que le comprase 5.000 acciones, es decir, un millón de pesetas.

Cual fué mi sorpresa cuando voy a recoger las 5.000 acciones y me dicen que esas acciones habían costado 2 millones de pesetas. El jetacutivo (ejecutivo con mucha jeta) del  BANCO DE BILBAO aseguraba que justo cuando yo puse las orden de compra las acciones habían subido a 80 duros (400 pesetas). ¡El doble en un solo día!. ¡Eso no se lo creía nadie, simplemente me habían estafado!, relata Andrés. 

Santana 1300
Muy enfadado, Andrés se fue a la comisaría de la calle de Bravo Murillo en Madrid, para poner una denuncia por presunta estafa en contra del jetacutivo que le había atendido, del director de la sucursal y del propio BANCO DE BILBAO.

Llegó la Policía al banco y se llevó detenidos al jetacutivo y al director de la sucursal bancaria. Al día siguiente, a primera hora, estaban en mi casa varios superjetacutivos del BANCO DE BILBAO, más los del departamento jurídico de este banco, pidiendo perdón y diciendo que todo había sido un error, que me devolvían el segundo millón de pesetas y un sinfín de letanías más, pero que fuera por favor a la comisaría de la calle Bravo Murillo, a quitar la denuncia por estafa que le había puesto contra el banco y sus dos empleados. Les dije que quitaría la denuncia 5 minutos después de que me hubieran devuelto el dinero cobrado de más y entregado las acciones que yo había mandado comprar, cosa que hicieron al día siguiente, relata Andrés.

En resumen, los dos empleados del BANCO DE BILBAO se pasaron mas de 60 horas encerrados en los calabozos de la comisaría de la madrileña calle de Bravo Murillo y Andrés recuperó su dinero y las acciones de METALURGICA DE SANTA ANA, tras lo cual canceló la cuenta corriente que tenía en ese banco y se olvidó del tema.

Eso sí, cada vez que, buscando otras cosas, me encontraba con las acciones de METALURGICA DE SANTA ANA, se me revolvía el estómago. Es más, después, cuando me marché a México, me llevé conmigo las dichosas acciones. Pero, años después, en mi casa de México hubo un incendio y  se quemaron muchos papeles, copias, libros, diplomas, fotografías y creo que también las acciones, concluye que no se había vuelto a acordar de ellas hasta que leyó mi artículo ORTO Y OCASO DE LAND ROVER SANTANA.