viernes, 7 de abril de 2023

RECUERDOS DEL TRASTERO: ACERCA DE LA CAÍDA DE ENASA-PEGASO EN 1990

🔸 La brutal crisis de ventas experimentada por el mercado europeo de camiones en aquel año fue otro de los factores que contribuyó a frustrar la búsqueda de una salida para el atribulado fabricante español

MADRID ─ En repetidas ocasiones hemos desempolvado desde este blog artículos firmados por quien esto escribe en los que se trataban los motivos que condujeron a finales de 1990 a la entrada del grupo italiano Iveco en el capital de la española Enasa-Pegaso y la posterior desaparición de ésta, motivos que distan mucho de los que, mitificados, dominan, al cabo de más de 30 años, la creencia popular. Hoy vamos a recuperar un artículo que se publicó en el diario El MUNDO a comienzos de septiembre de 1990, es decir, muy pocos meses antes de la llegada de Iveco al capital de Enasa-Pegaso. En dicho artículo se comenta la evolución de la búsqueda de una salida por parte del Instituto Nacional de Industria (INI) durante los casi 12 meses transcurridos desde la caída del muro de Berlín, con especial incidencia en la fortísima contracción de la demanda europea de camiones, hasta el momento en que sale a la luz el artículo referido, cuyo texto original reproducimos a continuación.

DESINTERÉS POR ENASA

🛑 La depresión experimentada por la demanda europea de camiones hace cada vez más difícil llegar a una solución

El mes de agosto de 1990 trajo con las vacaciones la desaparición de las páginas de actualidad de casi todos los medios de comunicación de las noticias relativas a la operación de venta de Enasa a Daimler, lo que de algún modo refleja una cierta falta de interés por parte de los alemanes en comprar la compañía española.

Nada más iniciarse septiembre, ha salido a la luz desde Bonn la existencia de una apelación por parte del INI, presentada el último 14 de agosto ante el ministro alemán de economía contra la decisión de la oficina antimonopolios del gobierno alemán.

Para algunos analistas del sector resulta sorprendente que el INI se embarque en grandes pleitos burocráticos cuando el tiempo está jugando nefastamente en contra de Enasa. De hecho, el abandono un tanto a la francesa de MAN en el último mes de julio se asegura que ha estado condicionado en muy buena medida por la tremenda contracción que se ha iniciado este año en la demanda europea y la caída del muro de Berlín.

La presentación de ese recurso del INI en Bonn se ha valorado en algunas instancias de la propia Enasa como un deseo de salvar la cara delante de la opinión pública ante lo que ya parece inevitable, la entrega incondicional a Daimler o el abandono definitivo de las negociaciones y "quedarse con la tostada".

El Troner llegó al mercado demasiado tarde y algo corto de
potencia para competir con otros fabricantes europeos
En los cinco primeros meses del año 1990, el mercado británico se ha desmoronado por completo, descendiendo un 24 por ciento con respecto al mismo período de 1989. También el español había bajado un 1 por ciento en ese período (datos relativos a vehículos de más de 3,5 toneladas de PMA), y aunque el resto de los mercados europeos mostraban leves alzas y el mercado alemán crecía un 20 por ciento, la importancia de la demanda británica, la primera de Europa, es tal que ha absorbido todos esos crecimientos y ha dejado el mercado europeo un 2 por ciento por debajo del año pasado.

La reunificación alemana pone en un brete a los grandes grupos industriales del lado Oeste, obligados moralmente a invertir en el otro lado, algo que ya han empezado a hacer, apresurándose a comprar lo más interesante de la industria alemana oriental, como por ejemplo el constructor de camiones IFA, por el que competían MAN y Daimler Benz y que finalmente se llevó este último. De hecho hay quienes piensan que la retirada incondicional de MAN de la operación ENASA ha sido en parte una especie de venganza de los de Múnich sobre los de Stuttgart por el tema IFA.

También la crisis del Golfo Pérsico contribuirá a frenar toda la economía occidental, especialmente la española, a la que las insistentes justificaciones de los aumentos de precios están presentando en medios internacionales como extraordinariamente dependiente del petróleo. Son las contrapartidas de justificar con peligrosas argumentaciones aumentos de precios que no tienen otra finalidad que la de aprovechar la coyuntura para elevar un poco los fondos del Tesoro.

La marcha económica de Enasa va de mal en peor y de unos cacareados beneficios de 1.000 millones de pesetas en 1989 se ha pasado en estos momentos a unas pérdidas que nadie se atreve a evaluar.

Para Seddon-Atkinson, la subsidiaria británica de Enasa, las cosas van también crudas. En los seis primeros meses de 1990 se ha visto obligada a reducir la producción a 587 unidades, lo que supone un 47,4 por ciento menos que en el primer semestre de 1989 y un ritmo de menos de cinco camiones por jornada laboral.

Forzadas por la caída del muro de Berlín, MAN y Mercedes se
vieron forzadas a competir por la compra de IFA, el grupo
fabricante de camiones de Alemania Oriental, con lo que
salvar también a Enasa-Pegaso era demasiado esfuerzo
Sin embargo, los directivos de Seddon-Atkinson han sabido asimilar en estos años el peculiar estilo de Enasa, con declaraciones a mitad de camino entre el triunfalismo y el marketing-ficción. Así, se permitían afirmar en una reciente reunión con sus principales clientes durante el mes de agosto último, que si Mercedes compraba Pegaso, ellos, Seddon-Atkinson, pensaban montar camiones con cabinas Mercedes, motores Perkins o Cummins, cajas de cambios Fuller y ejes Rockwell.

Alguien mucho más en el suelo, confesó que lo más probable es que la producción de camiones en la vieja fábrica de Oldham, cerca de Manchester, se interrumpiría. Claro que para evitar compromisos con los sindicatos, se apresuró a añadir que reunía unas condiciones ideales para el montaje de componentes que luego pudieran ser utilizados por otras plantas del grupo Daimler.

FIN DEL ARTÍCULO